Aunque la cannabis sativa o marihuana tiene cerca de 60 compuestos orgánicos (cannabinoides), poco se sabe de ellos. Los más comunes y potentes son el tetrahidrocannabinol (THC), el cannabidiol (CBD) y el cannabinol (CBN). El primero es el causante de su efecto psicoactivo, que altera el funcionamiento del sistema nervioso central y una de las razones por la que es ilegal.

Sin embargo, estudios afirman que algunos de sus componentes al unirse a los receptores endocannabinoides del ser humano (que se encuentran mayoritariamente en el cerebro) tienen beneficios medicinales, que van desde el efecto analgésico hasta la disminución de ataques de epilepsia. Pero eso no basta para poner de acuerdo a la comunidad médica. Faltan estudios y, al menos en Chile, es muy difícil que un doctor se atreva a recomendarla directamente.

Hay cientos de estudios de los cannabinoides, pero aún cuesta probar su efecto en humanos. Al ser ilegal y considerada altamente adictiva -a pesar de que el 9% de sus usuarios puede volverse adicto, frente al 30% del potencial de abuso del tabaco o el 25% de la heroína-, los expertos deben pasar varios obstáculos para probarla.

Según Manuel Guzmán, investigador del grupo de Señalización por Cannabinoides, de la U. Complutense de Madrid, hasta ahora "ningún ensayo clínico robusto ha mostrado que sean curativos o mejor que otros medicamentos". Eso puede deberse a varios factores: los ensayos clínicos han sido escasos, por lo que no se han probado en algunas enfermedades; estos ensayos realizados no han estado bien diseñados o "en efecto, los cannabinoides podrían sencillamente ser menos eficaces que otros medicamentos", agrega a La Tercera.

Un estudio liderado por Mary-Ann Fitzcharles, reumatóloga del centro del dolor de la U. McGill, Canadá, por ejemplo, concluyó que no debe ser recomendada para pacientes con condiciones reumáticas como artritis reumatoide, lupus o fibromialgia, pues no hay suficiente evidencia médica que apoye su efectividad. "Como médicos, debemos acatar las normas y principios de la mejor práctica de la medicina y, por lo tanto, cualquier tratamiento debe ser claramente entendido por el médico y haberse estudiado los efectos y riesgos. Y hoy no existen estos estándares mínimos para la recomendación de cannabis para los pacientes con enfermedades reumáticas", señala a La Tercera.

El Centro para la Investigación de la Cannabis Medicinal de la U. de California, en San Diego, es uno de los autorizados para estudiar su efecto en humanos. Era el único en EE.UU. hasta que hace una semana se aprobara un estudio en la U. de Arizona para pacientes con estrés postraumático, pese a que hay 21 estados donde la marihuana medicinal es legal.

J. Hampton Atkinson, codirector de la institución, dice a La Tercera que uno de los resultados más interesantes que han conseguido fue la prueba de que inhalar cannabis de baja potencia (de 3% a 6% de THC) alivia el dolor neuropático causado por infección o herida de los nervios o enfermedades como la diabetes.

Las dosis y cepas más adecuadas están entre las áreas menos estudiadas, dice Terry Roycroft, presidenta del Centro de Recursos sobre Cannabis Medicinal de Canadá (MCRCI). "Hay cepas que son más efectivas para ciertas enfermedades", dice a La Tercera.

El efecto de la marihuana también depende de la vía de administración. Es recomendable vaporizarla (para obtener los beneficios del CBD, por ejemplo, y no el THC) en lugar de fumarla, pues así produce, entre otros, alquitrán y monóxido de carbono. También es usada mezclada con alimentos -como queques o leches- y el MCRCI comenzó un estudio para probar una crema tópica para la artritis.

Sergio Sánchez, cirujano y asesor en política de drogas del Colegio Médico, explica que los componentes de la hierba han probado ser efectivos en pacientes con cáncer y VIH, quienes pierden el apetito al ser sometidos a tratamientos como la quimioterapia. También en pacientes con anorexia y alzheimer. "Funciona como analgésico en esclerosis, dolores musculares fuertes, dolor crónico, artritis, jaquecas. También en epilepsias, cuando no responden a ningún tratamiento", indica.

También sirve para bajar dosis de medicamentos combinándolos con cannabinoides, agrega. "Cada paciente es un mundo y debe recibir atención personalizada. En algunos casos será mejor uno o dos cannabinoides puros y, en otros, una mezcla más compleja".

Hampton dice que la evidencia terapéutica más fuerte es para el dolor crónico, pero que pese a ello, en EE.UU. "está sobre prescrita para condiciones en las cuales no hay evidencia científica de su beneficio".