Curicó Unido celebró su primer triunfo desde su retorno a Primera División. El equipo de Luis Marcoleta sorprendió a Deportes Iquique en Cavancha y lo venció por 0-1, un resultado que le permite salir del fondo de la tabla y acercarse a la mitad de la clasificación, el objetivo que se plantearon al regresar la principal categoría del fútbol chileno.

La victoria del equipo de la Séptima Región premia un libreto bien aprendido. Que no cayó en el lugar común de la especulación defensiva, sino que se basó en la cesión inteligente de los espacios para complicar a los Dragones Celestes desde el contraataque. Tan bien fue asimilada la propuesta que ambos tiempos mostraron un desarrollo similar: los iquiqueños ejerciendo una presión asfixiante sobre la última línea de la escuadra de la banda, que en el norte vistió de rojo, y un visitante atento a los desajustes defensivos que producir la numerosa presencia de jugadores celestes en campo rival para sorprender con algún contraataque.

El plan de juego dio resultados. Álfredo Ábalos fue un permanente agente ofensivo por el sector derecho. Por ese carril se generó la mayor parte de las cargas curicanas. A ese aporte se sumó el sacrificio de Gabriel Vargas, el referente ofensivo que utilizó Marcoleta, quien, si bien no tuvo ocasiones de riesgo frente a Brayan Cortés, se encargó de transformarse en un permanente agente de descarga y de atracción de los defensores locales. Así, Curicó, cuando pudo, llegó con real peligro.

En el segundo tiempo, ya está dicho, se repitió la fórmula. Curicó obtuvo réditos, pues en los 57' Enzo Guerrero derribó con un planchazo al movedizo Ábalos. El juez Hermosilla sancionó el penal y Nelson Rebolledo engañó a Cortés para anotar el único gol.

Iquique, que había quedado con un jugador menos por la expulsión de Ignacio Caroca, por doble amonestación, dos minutos antes, debió extremar esfuerzos para adoptar la iniciativa en los minutos finales. Los sureños también terminaron con un jugador menos, por la expulsión de Raimundo Rebolledo, en los 77'. La presión local obligó nuevamente al repliegue. Y la única vez que falló, apareció la figura del meta Jorge Deschamps para evitar la igualdad y garantizar la primera celebración curicana en el torneo.