Francisco "Chaleco" López Contardo (37) y Boris Garafulic Litvak (49) se conocieron personalmente en el campamento del Dakar, en enero de 2011. Antes de eso, sólo habían escuchado esas cosas que toda la "familia motor" del país sabía de ellos: que uno era el mejor motociclista cross country y que el otro era el hijo mayor de una leyenda del automovilismo nacional (Boris Garafulic Stipicic), dispuesto a revivir los antiguos laureles de su padre.
Ese año, la organización dispuso que sus carpas estuvieran a escasos metros una de la otra, en cada uno de los campamentos entre Buenos Aires, Arica y Buenos Aires. Allí comenzaron a entablar esos diálogos de rigor que se escuchan a diario durante las dos semanas de carrera.
"Un día se acercó a saludarme y empezamos a hablar. De inmediato noté que era un apasionado por su deporte". La respuesta de Garafulic es incluso más elogiosa: "Es un tipo que tiene claro qué es lo más importante. Le tengo mucho respeto y cariño, además de la admiración por cómo se recuperó después del accidente del año pasado en Túnez. Entendiendo que yo soy amateur y él es un profesional en toda regla, creo que ambos hacemos las cosas en serio".
A menos de tres semanas del inicio de la carrera en Lima, ambos pilotos se reúnen en el camino a Piedra Roja, con la idea de probar sus máquinas en el sector de Shangri-La, entre La Dehesa y Chicureo. Ninguno pasa desapercibido, pero "Chaleco" acapara los autógrafos. "Ahora a mí también me reconocen en la calle, pero no me siento muy cómodo. No estoy acostumbrado a estar así en público", replica el automovilista.
Si bien la popularidad del curicano es indiscutible, las diferencia de estatus entre ambos se ha acortado notoriamente en los últimos dos años. En su sexto Dakar, López sigue siendo el máximo referente del motociclismo chileno y candidato al podio, pero Garafulic ya no es un simple debutante. Después de abandonar en 2011 con el Nissan Overdrive, el piloto santiaguino se unió al New Dimension X-Raid, el equipo más potente del bivouac. Con ellos corrió en 2012, abordo de un BMW, con el cual consiguió un histórico 11º puesto, el mejor resultado de un auto nacional en el clásico del off road. Su buen desempeño fue premiado hace un par de meses con el cupo para conducir un Mini All 4 Racing, el mejor auto disponible y el mismo que usará el 10 veces campeón Stephane Peterhansel.
Por su parte, el ex corredor de Bordone Ferrari montará una KTM de punta, la asesoría de Jordi Viladoms y contará con el apoyo logístico de Tamarugal en la ruta. "Después de mi accidente ando más tranquilo y sólo quiero llegar entero a la meta, lo que puede ser una mejor estrategia. El año pasado fui con poco tiempo de moto y gané una etapa. Ni yo conozco mi fuerza interior", asegura el motociclista.
De los 39 vehículos chilenos (40 si se considera al argentino Víctor Mastromatteo, avecindado en el país), López y Garafulic son los únicos que pueden decir que van sobre las mejores máquinas del campamento en sus categorías.
"Quiero ver hasta donde puedo llegar. Creo que podemos mejorar y un resultado razonable sería entrar en el top 10", dice Garafulic, apoyado sobre su flamante auto, que tiene la bandera chilena pintada sobre el capó.
(A López) ¿Y usted cree que Garafulic puede meterse entre los 10 primeros de la carrera?
Sí. Boris es un tipo que tiene un manejo muy cerebral, que no rompe el auto, no pincha neumáticos y va avanzando día a día. Esa es la garantía de que puede hacer una buena carrera, pero también de que puede ir más rápido. Si lo hace, podrá estar entre los 10 primeros.
(A Garafulic) ¿"Chaleco" podrá subirse al podio como en 2010?
Lo veo tranquilo, muy bien preparado. Me parece que va a dar una sorpresa positiva y está bien que parta tranquilo y sin hacer tanto ruido. Lo veo con una buena moto y con un gran soporte de la gente de Tamarugal.
¿Hay presión añadida por terminar la carrera en Santiago, frente a una multitud de chilenos?
FL: Más que ser la carta de Chile, como dije en La Moneda hace un par de días, yo estoy contento con volver a andar en moto y tener un buen ritmo nuevamente, independiente de un buen resultado. Estoy agradecido de poder estar encima de la moto. De todas maneras, será algo histórico para todos.
BG: Siempre tienes una responsabilidad, independiente de que termine en Santiago. Las autoridades han querido darle al Dakar la relevancia que se merece, así que después recae la responsabilidad en nosotros, cada uno en su nivel. Mi propósito es estar cerca de los de adelante y hacerlo de forma responsable. Eso sí, la competencia estará mucho más fuerte este año.
El director Etienne Lavigne dijo que esta edición será la más exigente de todas las realizadas en Sudamérica. ¿Qué será lo más difícil?
FL: La suma de diferentes terrenos. En Perú partimos al tiro fuera de pista, con dunas. No partimos suave como otros años. Cuando algo se ve fácil en el roadbook, aparecen las sorpresas. Además, si lo dice Lavigne...
BG: El año pasado Perú fue lo más complicado y creo que seguirá siendo lo mismo. La arena es blanda, tipo sopa. La duna tiene una forma diferente a la chilena, con mucha gente por todos lados, lo que te tiende a confundir. Si te emtes mal, el chasis se te puede quedar sentado sobre la arena y no hay cómo sacarlo.
Actualmente se negocia cómo sigue el Dakar en Chile en los años siguientes, pues hay opciones en varios países más. Por el nivel de la ruta, ¿debiera Chile mantenerse como centro de la carrera?
FL: Por el desierto de Atacama, deberíamos seguir siendo importantes. Yo espero que la carrera no se ponga muy comercial. Por ejemplo, yo no sé si en Ecuador hay dunas. Hay regiones que no te cuadran por ningún lado. Esperemos que no sea así y la carrera siga siendo más difícil del mundo. Ojalá que no se pierda la magia.
BG: Debería seguir, pero primero debemos preocuparnos que este Dakar atraiga la mayor cantidad de gente, eso ayuda.
¿No les gustaría que el Dakar volviera a Africa o ir a la Africa Race?
FL: No está dentro de mis planes.
BG: El Dakar se queda un buen tiempo más acá, porque es mucho más fácil y porque el público es importante. Africa es muy especial, genera un atractivo único, pero el Dakar es demasiado grande y si no tienes las condiciones de seguridad, sería un retroceso.
¿Qué es lo mejor y lo peor de competir en el Dakar?
FL: Lo mejor es la motivación de la gente, y lo peor son las levantadas temprano, a las 3 am, con frío y en altura. Son infernales. Andar en las dunas, con mucho calor es lo que me gusta.
BG: Lo mejor es la pasión de saber que tienes la oportunidad de cumplir tus sueños, la camaradería y los recuerdos. Por el otro lado, tienes la frustración de quedarte afuera o varado. En la parte de adelante, nadie te ayuda.
¿Es más difícil el Dakar sobre una moto o al interior de un auto?
FL: En moto puedes pasar fácilmente una zona complicada, de muchas piedras, por ejemplo. En auto es mucho más sacrificado y con presupuestos elevados. Yo no sé si haría un Dakar en auto.
BG: No, en moto es más duro, porque no tienes medidas de seguridad como en el auto si te pasa algo. Yo hice enduro y vas demasiado expuesto. Me saco el sombrero ante ustedes.