El Dalai Lama llegó a Taiwán  para visitar a la población afectada por el ciclón Morakot y rezar por las víctimas, lo que además pone a prueba las  relaciones con Pekín, desafiando la reacción de del gobierno chino.

China se opone a los viajes al exterior del líder budista tibetano y condenó con dureza los dirigentes de la oposición taiwanesa por haberlo invitado.

El Presidente taiwanés Ma Ying-jeou, criticado por su  respuesta tardía al desastre natural, que dio el consenso a la  visita del Dalai Lama, luego de que el año pasado rechazó cuando las relaciones con Pekín eran las más tensas de los últimos tiempos.

El gobierno chino advirtió que la visita del Dalai Lama "tendrá necesariamente una influencia negativa" sobre las relaciones entre Pekín y Taipei.

Un portavoz de la Oficina de Asuntos taiwaneses del Consejo del Estado, ente gubernamental, citado por la agencia de prensa  oficial Xinhua, acusó al Partido Demócrata Proguesista de Taiwán, oposición, de haber tenido "segundos fines" al invitar  al jefe espiritual de los tibetanos.