El régimen de Basher Assad había logrado recuperar parte importante de Homs, Alepo, Latakia y los suburbios de Damasco, la capital. Pero una serie de ataques han dejado al descubierto las complejidades de la guerra en Siria, que esta semana se encamina a su séptimo año, con más de 320 mil muertos y 145 mil desaparecidos, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Damasco se ha vuelto a teñir de sangre. El fin de semana un doble atentado vinculado al Frente al Nusra, socio de Al Qaeda, provocó 74 muertos, muchos de ellos peregrinos chiitas iraquíes.
Y hoy un ataque suicida acabó con la vida de al menos 31 personas en el Palacio de Justicia, en pleno centro de la capital siria. Otros 60 quedaron heridos. Como si fuera poco, minutos más tarde un kamikaze se hizo estallar en un restaurante del distrito de Rabue, al oeste de Damasco.
El Palacio de Justicia está ubicado cerca del famoso mercado de Hamidiye, el bazar del centro damasceno. Como suele ocurrir tras este tipo de ataques, la televisión oficial siria mostró imágenes del interior del lugar, donde se apreciaban grandes destrozos, además de manchas de sangre en el suelo y las pareces.
Hasta anoche, ningún grupo había reclamado la responsabilidad por estos ataques. Esta ofensiva ocurre cuando se cumplen seis años de una guerra que parece no tener fin, pero también justo cuando los rebeldes anunciaron su ausencia en el diálogo que se lleva a cabo en Astana, la capital de Kazajistán, por las repetidas violaciones del alto el fuego cometidas por Damasco.
Las conversaciones en Astana, según da cuenta la agencia The Associated Press, se celebran de forma paralela a las negociaciones en Ginebra entre el gobierno de Basher Assad y la oposición. Las reuniones en la capital kazaja se centran en el alto el fuego y los esfuerzos humanitarios, pero han logrado resultados modestos.
Los rebeldes han denunciado que el régimen continúa atacando Guta, en la periferia de Damasco, por lo que se piensa que esta serie de ataques sería en respuesta a aquello.
De acuerdo con la agencia EFE, en las afueras de Damasco, el Ejército sirio y sus aliados continúan su avance frente a los insurgentes y hoy impusieron un cerco a tres barrios del extrarradio nororiental: Barze, Al Qabún y Tishrín. Pero Damasco no está en calma.