Cuando está iluminado, sus marcadores se turnan para golpearlo con fuerza. Y si no anda en su mejor jornada, le pegan igual. No hay caso con Damián Díaz, no se salva de ninguna forma. El argentino, el mejor jugador de Universidad Católica en el Clausura, no se mostró inspirado en la primera final contra Colo Colo, pero de todas formas Rodrigo Meléndez, Charles Aránguiz y Roberto Cereceda lo trataron con rudeza.
Fue precisamente en una jugada de ese tipo donde Díaz sufrió un esguince en el tobillo derecho, lesión que en un primer momento lo ponía, junto a Francisco Silva (microrruptura fibrilar del cuádriceps derecho) en duda para la revancha. "En el segundo tiempo, cuando faltaban cerca de 15 minutos para que terminara el partido, el 'Kalule' (Meléndez) me pisó. Me quedó un poquito hinchado y negro", cuenta el "Kitu". En todo caso, el rosarino no le guarda rencor a su rival.
"Que me peguen es parte del juego. No hay problemas, mientras no sea con mala leche. En la revancha trataré de desmarcarme más de ellos y ayudar al equipo en ofensiva", afirma.
El volante habla en futuro, porque dice que por nada del mundo se pierde la gran final. "No es tan grave y vamos a ir viendo cómo vaya evolucionando. Mañana (hoy) veremos cómo amanezco y determinaremos qué trabajo haré. En cualquier caso, juega rengo, como sea, pero ahí estaré", asegura confiado.
El rosarino asume que no mostraron su verdadero nivel en la primera definición, pero no está de acuerdo con los comentarios que apuntaron a que Católica se vio mal en el Monumental. "No se jugó como lo veníamos haciendo, pero tampoco fuimos un desastre", analiza. "Es que la gente estaba acostumbrada a que fuéramos protagonistas", explica.
¿Los aspectos a corregir en la revancha? Díaz los tiene claro: "Debemos tratar de ajustar las marcas, de ser más inteligentes con la pelota y de llegar con más gente al área rival, porque es la única forma de hacerles daño". Y él, aunque sea "cojo", estará ahí para que la UC lo consiga.