Lo sufrió desde el borde de la cancha. Pese a ser uno de los símbolos de la selección brasileña, Dani Alves perdió su lugar entre los titulares ante Colombia y nunca más lo recuperó. Por eso, junto al resto de la suplencia, vivió de una manera especial la humillación que padeció su escuadra ante Alemania en el Mineirao.
"No tengo recuerdos de algo así. Nunca me pasó. No tengo dudas de que fue la derrota más dura y dolorosa de mi carrera. Algo que no se olvidará fácilmente. Fue parecida a la que viví con Bayern Munich el año pasado, otro equipo alemán, pero eso fue en dos partidos", confiesa el lateral de Barcelona, que al igual que el resto de sus compañeros no se escondió en el resultado a la hora de explicar la debacle del Mineirao.
-Muchos de sus compañeros lloraron tras el partido. Se les vio muy afectados...
Es lógico. Pero también sabemos que esto es parte del fútbol. Se puede perder, lo importante es no seguir lamentándose toda la vida. Cuando lloras, hablo de dar excusas y ese tipo de cosas, alimentas a tus enemigos. Cuando te caes, debes levantarte, porque la vida está para adelante, no para atrás.
-¿Cómo lo vivió fuera de la cancha?
Con el mismo dolor que mis compañeros que entraron. Además, siento que la responsabilidad es la misma. De los 23 que integramos el plantel. Uno es parte de un equipo para lo bueno y para lo malo. La derrota es parte de la vida y tenemos que asumirla todos como tal.
-Aún está fresca la derrota, pero ¿le encuentra alguna explicación?
No. La verdad es que no. Alemania fue un rival demasiado bueno, demasiado efectivo. Y ante eso no pudimos hacer demasiado.
-¿Lo marcará para siempre a este grupo esta derrota?
Para mí, no. Lo único que marca esta caída es que no podremos jugar la final. Eso es lo que más me duele. Y creo que a todos. Queríamos estar en el Maracaná el domingo, jugando el partido decisivo. Eso es lo que más lamentamos. Duele lo mismo perder por un gol o que te hagan siete, si después no juegas la final de un Mundial.
-Pero que una selección brasileña reciba siete goles no es normal...
No, por eso ahora tienen de comer todos nuestros enemigos que estaban esperando una caída.
-¿Siente que le fallaron a un país que esperaba enterrar para siempre el Maracanazo de 1950?
No. Le fallamos a nuestra gente, a nuestras familias. El resto viene, anima, critica. Es normal. Así es el fútbol. Sí, queríamos darles una alegría a los hinchas, pero más sentimos esta derrota por nuestra gente más querida.
-¿Coincide con la crítica que apunta a que este equipo no estaba muy trabajado tácticamente?
Para nada. Acá tuvimos más de 30 días de trabajo fuerte y duro. Pasa que a veces la gente no entiende que somos humanos. La mayoría de nosotros viene de una temporada extenuante, sin descanso. Es fácil culpar a los jugadores o al técnico. Siempre saldrán a buscar culpables. Y, de pronto, cuando estás a este nivel, es seguro que un error se paga muy caro.
-¿Cometieron errores antes de este partido?
No. Me refiero puntualmente al partido con Alemania. Hubo 10 minutos en que nos paralizamos, todos, y recibimos un gol tras otro. Después, fue imposible volver.
-¿Es la hora de un cambio profundo en el fútbol brasileño?
Eso es algo que se viene hablando desde hace varios años. Creo que hay muchas cosas por mejorar. En este Mundial se vieron grandes selecciones. La propia selección chilena, que ha mejorado muchísimo. Debemos replantear algunas cosas, pero en frío. Ahí es donde se toman las mejores decisiones. Hablar ahora no ayudará en nada. Pero sí, hay que evolucionar para volver a la cima.