A Daniel Binelli, la enseñaron los grandes. O, más bien, se perfeccionó con los grandes. Tocaba el bandoneón desde pequeño y la prueba de fuego llegó a los 22 años, cuando se  integró a la orquesta típica de Osvaldo Pugliese (1905-1995), el gran maestro de Villa Crespo. Ahí aprendió de todo y se transformó en un profesional. Luego, ya convertido en virtuoso por derecho propio, se unió  a Astor Piazzolla, la cara opuesta del tradicional Pugliese. Fueron pocos años con él, pero fueron de oro. Desde ese momento, Binelli ha desarrollado una carrera que lo encumbra entre los grandes del bandoneón, tal como Rodolfo Mederos, otro que pasó por Pugliese y Piazzolla.

Daniel Binelli (1946) se presentará en esta ocasión en el país en su faceta "sinfónica", en dos conciertos con programas similares. Tras tocar este viernes en el Teatro Municipal de Temuco, subirá al escenario del Teatro CorpArtes el martes a las 20 horas, junto a la Orquesta Sinfónica de Chile, dirigida por José Luis Domínguez. Interpretarán un repertorio de piezas muy conocidas de Piazzolla (Cuatro estaciones porteñas y Libertango, entre otras) y Tres movimientos para bandoneón y orquesta, del propio Daniel Binelli.

"Piazzolla gusta mucho en general porque su música es estimulante  y tiene vida. Cautiva a todos por sus grandes líneas melódicas  y ritmos muy marcados. Es una música abierta, con muchas influencias, capaz de despertar el interés de un gran violinista clásico como Gidon Kremer o de un jazzista como el saxofonista Paquito D'Rivera. No olvidemos que Astor Piazzolla era una persona global: nació en Buenos Aires, se crió en  Nueva York y retornó a Argentina. Para mí Piazzolla es un clásico, la música clásica del mundo", comenta Binelli, que heredó de su maestro el apego a Nueva York, ciudad en la que vive, no muy lejos de donde se crió Piazzolla.

Con una gran cantidad de discos  junto a su grupo o con orquestas sinfónicas, Binelli se hizo conocido globalmente en 2001 con la edición de Tangazo, álbum que también tenía música de Piazzolla junto a la Sinfónica de Montreal dirigida por Charles Dutoit. "El disco salió un mes después del ataque a las Torres Gemelas y lo presentamos en un gran concierto en el Carnegie Hall. Puedo decir que entré así a Nueva York, por la puerta grande, tocando en el Carnegie", comenta Binelli.

De sus años con Piazzolla también recuerda un episodio "chileno": "Piazzolla fue una antorcha para mí durante toda mi vida y finalmente me llamó a integrar el Sexteto Nuevo Tango en 1989. Debuté con él justamente en un concierto en Chile. Esa fue, además, la última vez que Piazzolla fue a Chile, como parte de una gira sudamericana. También fue la última vez que tocó en Argentina. El me decía que yo era un bandoneonista que escucha, que toca en conexión con los demás, característica que yo heredé de mis años en la orquesta de Osvaldo Pugliese".