Danny Boyle mantuvo en secreto este viernes la identidad del último relevista que encenderá la llama olímpica, en la ceremonia de apertura de los Juegos de Londres, que hará un repaso a la historia y los valores de Gran Bretaña.
"Eso (el último relevista) tiene que ser una sorpresa. Esperamos que le guste a todo el mundo", dijo el creador del espectáculo de la ceremonia, durante en el centro de prensa del parque olímpico, acompañado por el presidente del comité organizador local, Sebastian Coe.
La identidad del relevista es una de las sorpresas que habrá en el espectáculo de Boyle, para el que el director de la famosa "Slumdog millionaire" ha buscado su inspiración en la historia, los valores y el legado británico al mundo.
"La primera secuencia es esta tierra verde, fértil", dijo Boyle, que convertirá el estadio olímpico en una réplica de la campiña inglesa con sus prados, ríos y animales, antes de pasar a la transformación que supuso la revolución industrial.
"Tenemos tanta historia en este país, ¿pero como afecta nuestra historia al mundo? La revolución industrial cambió el mundo y empezó aquí", aseguró el director británico, que también rendirá un homenaje en su espectáculo al servicio nacional de salud al considerar el servicio de sanidad universal como uno de los grandes valores del país, y a la literatura.
El show se cerrará con "una historia de amor" de una pareja, que le servirá para hacer un repaso a la música de los años 60, 70 y 80 y los adelantos tecnológicos que han revolucionado las relaciones personales.
"En un país tan pequeño, es increíble la cantidad de música que fuimos capaces de producir", relató Boyle, que no se olvidará de recordar el que es tal vez el último gran invento transformador del mundo: las direcciones "www".
"Queremos hacer un espectáculo accesible a todos", insistió un distendido Boyle, cuyo show será visto por mil millones de telespectadores en todo el mundo.
Tras el espectacular despliegue que supuso la ceremonia inaugural en Pekín 2008, Boyle insistió en que "es muy peligroso intentar replicar algo que se ha hecho antes. Intentamos crear algo original".
"No se puede hacer un espéctaculo mayor que el que se hizo en Pekín y eso nos liberó. También el mundo ha cambiado, especialmente en Europa y tienes que tener cuidado con los recursos", explicó el director británico, en referencia a la actual crisis económica.
"Hemos intentado hacer algo caracterizado por la modestia", añadió respecto a una ceremonia que ha costado 27 millones de libras (34,4 millones de euros, 42,3 millones de dólares) y contará con 15.000 voluntarios y figurantes.
"Además, no hay que olvidar que los verdaderos protagonistas son los atletas", añadió Boyle, en referencia al desfile de las delegaciones de los países.
La ceremonia, que presidirá a la Reina Isabel II y a la que asistirán 120 jefes de Estado y de gobierno además de miles personalidades, comenzará oficialmente para todo el mundo a las 15.00 horas de Chile, aunque los espectadores que acudan en el estadio empezarán a disfrutar 12 minutos más tarde.