Las lluvias que afectan hace semanas al noreste de Australia provocaron las inundaciones más graves en los últimos 50 años en los estados de Queensland, donde permanecen evacuadas más de mil personas, y Nuevo Gales del  Sur. Según las primeras estimaciones los daños llegarían a mil  millones de dólares australianos, más de 700 millones de euros, con pérdidas graves para los sectores de cultivos que estaban  afectados por sequías.

Numerosas localidades quedaron inundadas y fueron declaradas  zonas de catástrofe, mientras unos diez ríos en cada uno de esos  estados desbordaron sus cauces y se prevé que los niveles  asciendan en los próximos días.

La situación empeorará en las próximas horas por la cantidad de agua sin drenar aún en el interior, advirtió la Oficina de Meteorología, que prevé que en las próximas horas el agua inunde centenares de hogares y recomendó a los habitantes de la región que eviten las zonas bajas.

El agua mantiene cortadas más de 300 carreteras y tramos de hasta siete autopistas en la zona.

En el estado vecino de Nueva Gales del Sur, también en el este de Australia, unas 800 personas en las localidades de Urbenville y Bonalbo quedarán aisladas al menos durante otras 24 horas.