"Darío (Melo) ratificó que es un gran arquero. No voy a quitarle oportunidades a nadie, menos a quienes luchan por ellas y le hacen bien al grupo como verdaderos líderes", comenta Mario Salas, en referencia a su meta titular, figura en el debut ante Argentina.
El respeto que despierta el meta de Palestino se palpa en todos sus compañeros, esos que lo vieron mal cuando a mitad del año pasado, durante un torneo en Irlanda, fue desafectado de la gira de la Sub 20 por un incidente que aún no tiene una versión oficial, ocurrido un duty free de un aeropuerto. Fernando Carvallo tomó la determinación de regresarlo a Santiago.
"(El triunfo y jugar ante Argentina) fue una revancha para mí y mi familia. Hace rato esperaba esto, porque no lo pasé bien", reconoce el arquero, quien preferentemente evita los micrófonos.
"Darío es un arquerazo. Lo demostró y Mario (Salas) nunca tuvo dudas en reincorporarlo cuando asumió el cargo", cuenta Leonardo Zamora, preparador de porteros de la Sub 20.
El caso de Melo no es menor, pues el meta se había resignado a quedar fuera del Sudamericano, luego de su exclusión, lo que cambió con la renuncia de Carvallo y con el arribo de Salas. "No es grato el tema (de su exclusión) y prefiero enfocarme en mi presente", dice escuetamente Melo.
El apoyo de su familia fue clave para que no bajara los brazos. Su madre fue pilar fundamental en los momentos más duro que enfrentaba su hijo. Ahí, al apoyo de su entorno más cercano se sumó el de sus compañeros de Selección, quienes tras el incidente de su salida lo apoyaron, pensando en el equipo.
"Su caso fue complicado, porque quedó en el aire la idea de que el incidente por el que fue excluido fue grave y perjudicaba al grupo. El hizo sus descargos y ahora volvió con la personalidad que lo caracteriza. Es fuerte mentalmente, uno de los líderes y si en algún momento sintió que perdió respeto dentro del camarín, lo recuperó hace rato. Es un gran jugador y le hace bien al grupo", cuentan en el staff técnico de Chile.
Tras la histórica jornada ante la "Albiceleste", Melo fue uno de los más felicitados en el camarín, mientras este se relajaba bromeando con el delantero Nicolás Castillo.
"Darío es un arquerazo. Entrega seguridad y la refleja con su forma de jugar cada partido. Es uno de los líderes y eso el equipo lo asimiló hace mucho tiempo, incluso cuando salió de la Selección", cuenta el atacante de Universidad Católica, otra de las figuras en el Malvinas Argentina.
Mientras, Melo se toma las cosas con calma, sabiendo que a estas alturas ya no está para fallar, sólo para demostrar que está de vuelta.