Luego de siete días, Sebastián Dávalos rompió el silencio, pidió perdón y dio a conocer su decisión de "dar un paso al costado".

El director sociocultural de la Presidencia ingresó a Palacio de La Moneda pasadas las 15:45 en medio de los cuestionamientos por el crédito de $6.500 millones otorgado por el Banco de Chile a Caval, empresa donde su esposa, Natalia Compagnon, posee el 50% de la propiedad.

A las 17:05 y con media hora de retraso, Dávalos comenzó a leer una declaración pública advirtiendo que no aceptaría preguntas. Comenzó agradeciendo a la dirección sociocultural, la fundación Integra y Prodemu. Además, destacó el trabajo del MIM y las fundaciones de la Presidencia, como las orquestas juveniles y Artesanías de Chile.

Luego de esto, el hijo de la Presidenta Michelle Bachelet entró a fondo de los cuestionamientos en su contra : "Rechazo categóricamente la publicación de  información falsa respecto a supuestos comentarios realizados por mi u otros miembros de mi familia las cuales perjudican la honra de esta".

"Deseo poner énfasis que no he cometido ilícito alguno ni delito funcionario, como algunos medios han sugerido. Es menester señalar que en la posición que me encuentro es a lo menos incómoda, pues se me ha criticado abiertamente por trabajar en el sector público y además por trabajar en el sector privado", agregó.

Dávalos reconoció que "entiendo el malestar que esto ha generado esta situación y asumo que el perjuicio provocado ha dañado a la Presidenta de la República y al gobierno, quienes cuentan con mi total y absoluta lealtad".

"Es debido a lo anterior que no me queda más que pedir humildemente perdón por este amargo momento. Entiendo además que esto para algunos pudiera no ser suficiente. Es debido a lo anterior que he decidido dar un paso al costado y renunciar a mi cargo de director sociocultural de la presidencia", agregó.

Dávalos realizó su declaración flanqueado por su jefa de gabinete Erika Silva y sin la presencia de ningún ministro.

La declaración se da en medio de los llamados al interior de la Nueva Mayoría para que diera un paso al costado, pues señalan que el caso está dañando la imagen de su madre, la Presidenta Michelle Bachelet. Hoy el ex senador Camilo Escalona manifestó: "Es inescapable que Dávalos tenga que dejar sus funciones".

LA TRAMA DE LA RENUNCIA

El caso estalló el viernes pasado, luego que revista Qué Pasa publicara los detalles del denominado "Proyecto Machalí", donde la empresa adquirió tres predios para luego revenderlos a un precio altamente superior. La operación le reportó a la sociedad ganancias de $2.500 millones.

Desde la Alianza acusaron "tráfico de influencias" por cuanto el crédito se consiguió luego que Compagnon y Dávalos se reunieran con el vicepresidente del Banco, Andrónico Luksic, y enrostraron que el préstamo se haya cursado luego de que otras tres instituciones lo rechazaran: Santander, Itaú y BCI.

"No me vengan que cualquier chileno común y corriente va con un capital piñufla de 6 millones y le entregan $6.500 millones. Eso no es normal, es símbolo del apitutamiento", aseguró hoy el senador RN Manuel José Ossandón. 

Otro de los cuestionamientos apuntó a que la compra de los terrenos se hizo considerando que la comuna de Machalí experimenta un auge inmobiliario y que se encontraba en proceso de definición de un nuevo plano regulador, donde terrenos de uso rural pasarán a ser urbanos. El retraso en este proceso hizo abortar una venta por el triple del precio acordado con la firma Ruta 86.

En un primer momento el gobierno blindó a Dávalos, asegurando que se trató de una operación legal y antes de su llegada al Ejecutivo. Como una medida de "transparencia" se informó que Dávalos daría a conocer su declaración de patrimonio, pese a que la ley no se lo exige.

Lejos de apaciguar los ánimos, el contenido de la declaración intensificó los cuestionamientos. "Es una burla", acusaron desde la Alianza. Frente a los reparos, el gobierno delegó en Dávalos su defensa.

"Todo esto lo tiene que responder él, en detalle", dijo el ministro Peñailillo. En tanto, el ministro Gómez reconoció que "el tema no es grato en absoluto, pero sin duda que es una situación que tendrá que resolverse por él en el momento que sea oportuno. Nuestro objetivo es que los antecedentes estén sobre la mesa".