David Axelrod es claro para explicar por qué ha regresado a Chicago en medio de compromisos de análisis para programas y cadenas como CNN. "Algo grande pasó el martes que tiene gran importancia para este país y para el mundo", dice quien fuera la mano derecha de Barack Obama cuando llegó a la Casa Blanca en 2009 al abrir un seminario en el Instituto de Política de la Universidad de Chicago, del cual es su fundador y director.
Axelrod es una de las voces más autorizadas para hablar del Partido Demócrata. Como el estratega que impulsó el relato de Obama, sabe de primera fuente no sólo las fortalezas y debilidades de los demócratas, sino que también conoce lo que está en la mente del actual mandatario.
En conversación con La Tercera, Axelrod dice que habló brevemente con Obama después de la elección y que su rol en el futuro aún es muy incierto. "Es una pregunta muy relevante que ha venido después de la elección. No hay un líder en el Partido Demócrata ahora, excepto Barack Obama. Creo que, de hecho, él puede tener que recomendar un nuevo jefe de la colectividad. No creo aún que vaya a asumir directamente un rol en el partido, pero eso deja abierta la pregunta de quién va a hacerlo", afirma.
¿Y cuál es el camino para el Presidente ahora?
Tú levantaste una pregunta sumamente seria. De hecho, el Presidente va a tener que pensar qué hacer, porque usualmente toman distancia en deferencia a su sucesor, y asumen un rol más distanciado de la política. Estoy seguro que va a haber mucha gente que le va a decir a Obama: "No, tú tienes que permanecer en el medio de esto", y él tiene que considerar qué rol quiere jugar.
¿Ha hablado con Obama?
Sí, hablé con él. Está decepcionado. O sea, él trabajó sumamente duro y se ve que puede haber iniciativas que reciban un golpe brutal, como la reforma al sistema de salud y los temas del cambio climático, que son difíciles que continúen. Pero es alguien que respeta el proceso y lo entiende.
Los demócratas perdieron el Congreso y la Casa Blanca. ¿Cómo pueden pelear con esa desventaja ante una nueva administración de Trump?
Hay temas de procedimiento con los que tú puedes tener un gran impacto, especialmente en el Senado, como el filibustering (bloqueo de que una iniciativa se pueda votar y aprobar). Fue lo que hicieron los republicanos. Y, de hecho, los demócratas ahora curiosamente van a estar en una mejor posición en el Senado para hacerlo de la que tenían los republicanos cuando Obama asumió.
¿En qué sentido estarán mejor?
Obama tenía 59 senadores, y después llegó a tener 49: los republicanos van a tener 52. Los demócratas entonces tienen más margen y habilidad entonces para aplicar esas medias. Pero además, una cosa relevante es que hay una baja del 30% de participación entre las elecciones presidenciales y las elecciones al Congreso de mitad de período. Y 60% del grupo que no va son demócratas: es una razón por la cual los republicanos tienden a ganar elecciones parlamentarias. Entonces, votar se tiene que volver más que algo puntual, tiene que ser un acto regular.
¿Con qué mensaje debieran enfrentar los demócratas al nuevo presidente? Cuando Obama asumió, los republicanos rápidamente apostaron por una postura de no colaboración…
Depende de lo que Trump haga. Si él impulsa la agenda que ha dicho que quiere impulsar, sería mucho más fácil para los demócratas, porque habría un altísimo número de estadounidenses a los que no les gusta. Y lo que creo es que Trump va a tener cada vez más y más problemas para mantener su base de apoyo, porque hizo promesas que no puede cumplir. Pero hay una cosa distinta. Cuando Obama fue electo, Rush Limbaugh, uno de los comentaristas radiales conservadores más famosos, dijo que ojalá fracasara. Nosotros tenemos sólo un Presidente a la vez. Y cuando él falla, hay implicancias para el país. Tú puedes decir que estás en desacuerdo con áreas de lo que quiere hacer, pero eso es distinto. Los demócratas van a tener que elegir sus luchas.
¿Cuáles son los grupos que los demócratas tienen que recuperar?
Esta fue una elección dividida por clases sociales. Los demócratas tienen que ir a las comunidades de la clase trabajadora aceptando que el racismo es una parte de lo que está ocurriendo aquí. Hay un margen de esos votantes que no vas a tener, pero hay mucha gente de buena voluntad que votó por Trump, que de verdad siente que el sistema los dejó caer, que está arreglado en contra de ellos.
¿Y cómo se arregla esa situación?
El Partido Demócrata era la voz de esa gente, pero no fue percibido de esa forma en esta elección. Tiene muchísimo trabajo que hacer.