Aunque apenas se han dado a conocer algunos módulos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) 2011, el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile ya se encuentra a la espera de los resultados de la licitación de su versión 2012. David Bravo, director del organismo que tuvo a cargo el trabajo de campo de la última encuesta, analiza los resultados y las críticas a la metodología.
¿Esperaba que la pobreza bajara a 14,4%?
La Casen es diferente a la mayoría de las encuestas en que nos involucramos, donde somos responsables desde el inicio hasta el final, incluyendo la presentación de los resultados. Aquí, la institución responsable es el Ministerio de Desarrollo Social, que decide sobre el diseño completo de la encuesta.
¿De qué manera repercute el rol del ministerio?
El problema es que no hay una institución que tenga memoria histórica de todo lo que ocurre en el proceso. La desventaja es que quien responde públicamente por el instrumento y todos los aspectos técnicos de la Casen es el ministerio. No es conveniente que la misma entidad política se tenga que hacer responsable de todas las decisiones técnicas. Hay una especie de conflicto de intereses, evitable si se enfatiza el carácter técnico.
¿Cómo sugiere hacerlo?
El trabajo técnico debería estar definido de manera precisa, avalado completamente por alguna entidad independiente. Sería más apropiado que tal vez hubiera un comité externo, responsable de las decisiones técnicas, y que saliera a responder las consultas metodológicas.
¿El retroceso de la pobreza le pareció relevante?
Los datos muestran que hubo una caída estadísticamente significativa de la pobreza, pero pequeña y concentrada en la baja de la indigencia. Estamos en niveles similares a los de 2006. De todas maneras es meritorio, porque en el camino tuvimos una crisis que deterioró el mercado laboral, un terremoto y un alza en el precio de los alimentos.
¿Qué más se necesita para seguir reduciendo la pobreza?
Hay un dato que me parece relevante. En el Consejo Consultivo Previsional calculamos que la Reforma Previsional de 2008 tuvo un efecto sobre la pobreza, en su primer año, de 0,7. O sea que si en 2009 la pobreza fue 15,1%, sin la reforma habría sido de 15,8%.
¿Se puede extrapolar ese análisis al resultado actual?
La Reforma Previsional se siguió extendiendo, y mi impresión es que en 2011 puede haber sido responsable del doble del anterior, probablemente del orden de 1,2 o 1,3 puntos. Cuando hoy decimos que la pobreza es de 14,4%, creo que sin la Reforma Previsional, la tasa de pobreza general habría estado en torno a 15,8% o 16%.
A su juicio, ¿la caída no se explica por la creación de empleo?
Si hoy la tasa de pobreza está como está, por supuesto que se lo debemos al mercado laboral y al shock positivo que la Reforma Previsional provocó en los ingresos de las personas, sobre todo en los adultos mayores. Pero no hay dicotomía entre las políticas sociales y el crecimiento, porque precisamente producto de que la economía chilena ha crecido durante los últimos 20 años es que se ha podido sustentar una batería de políticas sociales.
¿El efecto de la política social fue mayor al del empleo?
Es que el efecto de la Reforma Previsional en la pobreza ya lo medimos. Sobre el empleo, habrá que mirar los datos cuando los entregue el gobierno. Pero el resultado de la encuesta no es sólo empleo; y que una reforma pueda tener un impacto así en pobreza es algo de lo que todos, incluyendo el gobierno, debemos estar orgullosos.
¿Los datos que recopilaron, previo al ajuste de la Cepal, arrojaban un alza de la pobreza?
La pobreza es mayor en los datos que se recogen. Cuando se mira lo que finalmente se ajusta por ingresos en la Cepal, en general se ajusta al alza y, por lo tanto, se amplifican los ingresos, y eso solamente puede bajar la pobreza. Pero no teníamos una estimación.
¿Cuánto puede haber incidido el cambio en el diseño muestral?
No puedo responder por eso, porque todo el análisis se tiene que hacer una vez que la base de datos esté disponible y se libere el documento metodológico.
¿Y los cambios en las preguntas de la encuesta que reconoció la Cepal podrían haber generado un sesgo?
Es que es necesario actualizar el cuestionario. Lo importante es que todas las decisiones sobre esas materias sean lo más técnicas posible. Esas decisiones las toma el Ministerio de Desarrollo Social y es el que tiene que responder.
¿Qué resultado es más realista: el que se desprende de las encuestas o el ajustado por la Cepal?
A nivel nacional e internacional, el ajuste que hace Cepal no tiene respaldo técnico. Lo que está haciendo la Cepal, y ha hecho históricamente por encargo de Mideplan, es muy discutible. Supone que, en realidad, Cuentas Nacionales es como una revelación. Como esto ya es una tradición que se hace desde el 87, lo que proponemos es que se mantenga, pero al mismo tiempo se liberen los datos sin ajustar para esta encuesta y las anteriores. Hasta el momento, ese ajuste es una caja negra; ese es el problema. Sería una gran contribución a la transparencia.