El primer ministro británico, David Cameron, instó este martes a Argentina a "respetar" el resultado del referéndum organizado en las disputadas Islas Malvinas, donde un 99,8% de los habitantes del archipiélago votaron a favor de seguir siendo británicos.
"Los habitantes de las Falkland (nombre británico de las Malvinas) no podían hablar más claro. Quieren seguir siendo británicos y todo el mundo, incluida Argentina, debería respetar este punto de vista", dijo Cameron, quien se mostró "encantado" con el resultado de la votación.
"Las Islas Falkland pueden estar a miles de millas de distancia, pero son británicos hasta la médula y eso es lo que quieren seguir siendo. La gente tiene que saber que siempre estaremos ahí para defenderlos", dijo.
Tras el referéndum de autodeterminación que se celebró el domingo y el lunes, los habitantes de las islas Malvinas votaron en un 99,8% a favor de mantenerse como un territorio británico de ultramar. Solo tres electores votaron en contra.
Un 92% de los 1.672 electores del disputado archipiélago del Atlántico sur participaron en el referéndum.
La consulta, realizada con la bendición del gobierno británico, que controla las islas desde 1833, fue descalificada por Argentina, que la considera un "intento de manipulación" y que advirtió que "no pondrá término al diferendo por la soberanía".
"Es una maniobra mediática y dilatoria. Es una maniobra sin ningún valor legal, no ha sido convocado ni supervisado por las Naciones Unidas", dijo el lunes la embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, en declaraciones a la radio La Red de Buenos Aires.
Castro advirtió de que "es un referéndum entre habitantes británicos, convocado por británicos, para que digan si quieren que el territorio donde viven sea británico".
"Son británicos. Respetamos su modo de vida, su identidad. Respetamos que quieran seguir siendo británicos, pero el territorio en el que habitan no lo es", añadió.
Argentina reclama por vía diplomática la soberanía sobre el archipiélago austral, después de la guerra de 1982, desatada cuando Argentina invadió las islas originando un conflicto que se saldó con 649 argentinos y 255 británicos muertos.
Gran Bretaña administra Las Malvinas, que los británicos llaman "Falkland", desde 1833, pero Buenos Aires reclama este archipiélago al que considera parte del territorio argentino.
La conmemoración, en 2012, del 30 aniversario de esta guerra y el descubrimiento de petróleo cerca del archipiélago avivaron las tensiones diplomáticas y la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, fue aumentando sus reivindicaciones progresivamente.
Argentina, que se encuentra a 400 km de distancia del archipiélago, calificó de "ilegal" este referéndum ya que sostiene que los isleños son una población "implantada" y, por tanto, no tienen el derecho a la autodeterminación.
Por su parte, Londres, situada a miles de km de distancia de las disputadas islas, asegura que no discutirá sobre temas de soberanía con Buenos Aires salvo que fuera el deseo de los isleños.
El Comité Especial de Descolonización de la ONU ha solicitado la apertura de negociaciones para resolver el contencioso británico-argentino, por lo que los habitantes de las islas esperan que el referéndum será beneficioso para su causa.
Los habitantes de Las Malvinas esperan que el resultado del referéndum sirva para enviar un mensaje claro a otras capitales y presionarlas para obtener reconocimiento internacional.
Estados Unidos, por ejemplo, se ha guardado mucho de tomar partido en el contencioso, a pesar de su alianza con el Reino Unido, donde el referéndum apenas ocupó espacio en la prensa y pocos periódicos publicaron breves reportajes o fotografías sobre este territorio de ultramar.