El lunes pasado, la directiva de la Democracia Cristiana tuvo su reunión semanal. Además de analizar la polémica con sus socios de coalición por las críticas a algunos puntos de la reforma tributaria, los dirigentes DC adoptaron una importante resolución.
Cada autoridad y funcionario público del partido deberá donar de forma obligatoria el 3% de su sueldo bruto. La idea, explicaron miembros de la mesa, apunta a ayudar a financiar los gastos en los que incurre la colectividad.
La medida, que afecta a ministros, subsecretarios, jefes de servicio, intendentes, gobernadores, senadores y diputados, debe ahora ser ratificada por el consejo nacional DC, pero se espera que esté en marcha a contar del próximo mes.
En el partido plantearon que si bien hoy exhiben un buen estado financiero, se quieren evitar situaciones ocurridas en el pasado, en que incluso se llegó a acumular millonarias deudas por los gastos comunes de la sede partidaria de Alameda 1460 y atrasos en los sueldos de los funcionarios del partido.
Asimismo, se explicó que esta modalidad de aporte ya se había aplicado en el pasado y que una vez que la DC dejó el gobierno tras el triunfo de Sebastián Piñera en 2010, se debió suspender por la salida de los militantes de los cargos públicos. En los últimos cuatro años, sólo los legisladores habían seguido aportando.
Un caso similar al DC es el del Partido Comunista, en el que todos sus militantes con cargos públicos entregan parte no menor de su salario.
Con todo, la medida impulsada por la directiva que encabeza el senador Ignacio Walker pone de relevancia la apretada situación económica que experimentan gran parte de los partidos y que, en ocasiones, ha llevado a dirigentes de todos los sectores a impulsar la idea de financiamiento estatal a la política.
Si se revisa el balance de la DC de 2011, el partido declaró apenas poco más de $ 3 millones en el banco y gran parte de sus activos estaban sólo en bienes raíces, con un total cercano a los $ 550 millones.
Por concepto de cuotas de sus militantes, el partido testimonió casi $ 100 millones al año, siendo que los gastos alcanzaron, durante el mismo lapso, $ 145 millones.
Una excepción en este escenario de estrechez es el caso del PS, colectividad que desde el retorno a la democracia ha invertido una porción importante de sus recursos en diversos instrumentos financieros.
Por ejemplo, y de acuerdo al balance de 2011, el partido declaró más de $ 6.800 millones en inversiones financieras. Asimismo, en depósitos a plazo, se registró casi $ 59 millones. Y por concepto de intereses financieros, el PS reconoció ganancias por casi $ 280 millones. A tal punto llega el buen pie monetario del partido, que en la pasada campaña presidencial la colectividad le aportó a Michelle Bachelet $ 1.150 millones.