Un tema específico concentró parte de la negociación que realizaron, el sábado 26 de julio, durante la junta nacional de la DC, el sector oficialista de la mesa y la disidencia interna.
Mientras se desarrollaba el cónclave, en la sede del Congreso en Santiago, el secretario nacional de la colectividad, Víctor Maldonado, se reunía a ratos con el abogado Juan Claudio Reyes, representante del senador Jorge Pizarro y de los diputados Aldo Cornejo y Gabriel Silber. Estos últimos integran la directiva, pero cuestionan la conducción de Ignacio Walker.
Las tratativas tenían como objetivo acordar un voto político de ambos sectores, lo que tuvo éxito, aunque no incluyó a otra ala disidente: los "chascones", quienes hicieron circular su propio documento durante la jornada.
Así, en esas conversaciones se gestó un acuerdo concreto sobre la nueva Constitución, una de las principales promesas de campaña de la Presidenta Michelle Bachelet. Esto, aparte de la defensa del "liderazgo" e "identidad" DC y de la petición al gobierno de una mayor participación en las reformas.
"Se considera como algo sustancial la elaboración de una propuesta de nueva Constitución que objetivice la discusión, y que sea anterior a los temas procedimentales", se lee en el punto número tres del voto político.
Miembros del oficialismo y de la disidencia interna de la mesa explican que el objetivo es que La Moneda genere, en primer lugar, una propuesta de nueva Constitución que contenga los elementos principales, pero con especificaciones concretas. Es decir, aterrizando lo sugerido en el programa de gobierno. Y que después se elija el mecanismo para la nueva Carta Fundamental (por ejemplo, plebiscito, asamblea constituyente o tramitación legislativa).
En otros sectores de la Nueva Mayoría dicen que esta propuesta de la DC apuntaría a quitarle margen de acción a Bachelet para que no opte por una asamblea constituyente. Incluso, agregan que la petición de la falange implica, necesariamente, bloquear ese procedimiento. Esto, debido a que la propuesta de nueva Constitución tendría que surgir esencialmente desde el Congreso y el gobierno.
En la mesa sostienen que en ese párrafo del voto político está contenida la visión general de la DC: un temor ante la posibilidad de que se genere un cuadro "caótico" -como lo definen los propios dirigentes de la falange- si es que Bachelet define un mecanismo con excesiva participación ciudadana, como, por ejemplo, la asamblea constituyente, sin que exista un acuerdo inicial sobre los ejes centrales de la nueva Carta Fundamental.
"El debate sobre la reforma constitucional debe tener un marco conceptual previo. Hay que saber sobre qué puntos estamos discutiendo", dijo Maldonado.
Cornejo señaló que "el sentido del voto político es que exista, sobre el procedimiento y el contenido de una nueva Constitución, un consenso básico previo respecto de ambas cosas".
Fórmula DC
En las últimas semanas, el tema ha sido parte de conversaciones de la directiva, en línea con lo estipulado en el último congreso ideológico de la colectividad.
En el partido dicen que existe una opinión mayoritaria en la DC que se opone a la realización de una asamblea constituyente, salvo algunos parlamentarios que apoyan ese mecanismo. Y además, internamente no genera mucha adhesión la idea de instaurar una comisión bicameral, propuesta que ha liderado el senador Andrés Zaldívar.
En la DC -dicen- se inclinan por una fórmula intermedia: primero, elaborar un texto constitucional que se discuta en el Congreso y, segundo, realizar un plebiscito para que todas las personas con derecho a voto ratifiquen o rechacen ese documento. Este paso serviría para dirimir las diferencias que se produzcan en el Parlamento.
La postura de la DC se contrapone al diseño que tiene contemplado el gobierno, que tiene, justamente, un orden inverso a lo acordado en la junta nacional de la falange: definir, a fines de este año, el mecanismo que se utilizará, pero postergar la discusión sobre el contenido de la nueva Constitución para el 2015.
El plan DC, además, va en contra de la ofensiva de otros sectores del oficialismo, principalmente de las dos bancadas transversales -de diputados y senadores-, que están impulsando una asamblea constituyente.