El venezolano Rentería está en la mira. La misma que apuntó al colombiano Asprilla o al ecuatoriano Espinoza. El episodio racista vivido el viernes en Rancagua, que será analizado hoy en una reunión extraordinaria de la ANFP, supone un hecho aislado del fútbol chileno, poco frecuente. Pero no es el primero.
Uno de los emblemáticos fue en 2003. Una película que tuvo dos actores principales: Faustino Asprilla y la Garra Blanca. El colombiano había llegado como súper estrella a jugar por la U, y en el clásico ante Colo Colo, la hinchada alba le cantó que su sueldo se lo pagaban con maní. Lo grave fue que de preparada con anticipación. Aunque el colombiano intentó bajarle el perfil a la polémica: "No me importa, estoy acostumbrado". Fue una de las manchas más recordadas del balompié nacional, la cual no tuvo sanciones. La ANFP comenzó a proteger a las víctimas sólo desde 2004.
Con la ley en marcha, se originó un nuevo caso: Rodrigo Golberg, quien jugaba por Santiago Morning, vivió las dos caras de la moneda. Fue expulsado ante Osorno por supuestamente haber gritado "negro" a un rival.
Después se supo que él no había sido el responsable. Aún así, pagó con tres fechas sin jugar. Luego, sufrió lo contrario. El ex delantero aún jugaba por los microbuseros y en un duelo ante Palestino recibió insultos xenófobos por su origen judío, desde la hinchada de árabe. De hecho, tras los incidentes, Golberg confesó que había recibido llamadas amenazantes de los mismos fanáticos un par de semanas antes del cotejo.
Después pasaron seis años sin racismo, por lo menos sin denuncias, hasta que la racha la acabó Matías Manrique de Ñublense. El central argentino trató de "mono" y "come bananas" al ecuatoriano Giovanny Espinoza. Días después, Manrique le ofreció disculpas al ecuatoriano.
Chile será el anfitrión en la próxima Copa América en 2015. Como dueño de casa, deberá ser minucioso en cada detalle. Y uno importante es el racismo. Es por eso que como un efecto instantáneo, se encendieron todas las alarmas en la ANFP. Sólo quedan siete meses para la cita sudamericana. Lo decía Jadue tras lo de Rentería: "Es de máxima gravedad y es algo que no puede suceder en ninguna parte del mundo, en especial en nuestro país".
El calerano y vicepresidente de la Conmebol está al tanto de las exigencias de la FIFA en torno al racismo.
La máxima entidad del fútbol mundial dicta claro en uno de sus artículos disciplinarios: "Está prohibida la discriminación de cualquier país, individuo o grupo de personas por su origen étnico, sexo, lenguaje, religión, política o por cualquier otra razón, y es punible con suspensión o exclusión".
Hoy, Jadue junto al directorio de la ANFP sostendrá una reunión extraordinaria para analizar en detalle el caso de Rentería. Pero, probablemente tomar medidas de precaución para Copa América, será un tópico a tocar en la tertulia. Sobre todo si Chile quiere obtener la organización del Mundial adulto en 2030. Quien también apoyará la investigación, será la dirigencia de O'Higgins
La advertencia está hecha. Lo de Rentería fue mucho más que una alarma. Es un golpe fuerte en la mesa, indicando que ningún país está excento del virus terminal del racismo.