Lo ocurrido en la reciente edición del festival español Primavera Sound fue una clara señal: mientras grupos como The Strokes o The Black Keys decepcionaban a buena parte de su audiencia con actuaciones lejos de lo memorable, el show se lo robaban un puñado de mujeres que, muy probablemente, el público sub 25 no conocía ni de nombre. Primero el trío Sleater-Kinney -que dio una de las presentaciones más encendidas del evento- y luego sus colegas de Babes in Toyland se transformaron en protagonistas del megafestival catalán, que sirvió de plataforma oficial y masiva para el regreso dos emblemas del rock femenino surgido en los años 90.

En ambos casos se trata de reuniones largamente postergadas. La última actuación de Sleater-Kinney fue en el Lollapalooza estadounidense de 2006, y hasta sus fans más acérrimos se sorprendieron cuando en octubre pasado Corin Tucker, Carrie Brownstein y Janet Weiss anunciaron su primer disco en una década. Lanzado en enero, No cities to love fue recibido con aplausos por la prensa especializada, y la cantante St. Vincent, una de sus seguidoras más célebres, lo destacó en la revista Rolling Stone.

En el caso de Babes in Toyland, el regreso se produce  tras casi dos décadas de inactividad. Consideradas pioneras en la escena del rock hecho por mujeres, e inspiradoras del movimiento feminista "riot grrrl" que sacudió Estados Unidos hace un cuarto de siglo, el trío de Minneapolis que integran Kat Bjelland, Maureen Herman y Lori Barbero ha realizado tres shows este 2015 y ya han deslizado la opción de publicar nuevos temas.

Quienes también están de gira por estos días son las cuatro integrantes de L7, uno de los íconos del rock alternativo de esos años. Tras su separación en 2001, el grupo que lidera Donita Sparks decidió juntarse y armar un tour luego del éxito que tuvo una campaña para juntar fondos para un documental sobre la banda. "Queremos tocar las canciones que esperaron 15 años para escuchar", declaró la vocalista a Spin.

Lo nuevo de Love 

Otro ícono femenino de la era del grunge que ha dado señales sobre un regreso a las pistas es Courtney Love, quizás no la más aventajada pero sí la más célebre de todas sus contemporáneas. En paralelo a su vuelta a los escenarios en mayo, acompañando a Lana Del Rey en ocho fechas de su gira norteamericana, la viuda de Kurt Cobain lanzó el mes pasado Miss narcissist, single que demuestra que a sus 50 años aún conserva la intensidad que la hizo famosa  hace casi tres décadas.

A esto se suman los recientes proyectos actorales de Love en televisión -en las series Sons of anarchy y Empire - y en la película The long home -junto a James Franco-, además de una potencial reunión con Hole, el grupo de rock alternativo con el que publicó cuatro álbumes. En entrevistas con la BBC y el portal Pitchfork, la cantante ha reconocido acercamientos con sus ex compañeros de banda y la posibilidad de una nueva gira.