El presidente del Banco Central, José De Gregorio, explicó que la conveniencia de normalizar la tasa de interés se debe a que ésta se implementó en el contexto de importante debilidad económica y de fuertes presiones deflacionarias en el primer semestre de 2009. Por lo tanto, "a medida que las holguras de capacidad continúen cerrándose, se irán incubando presiones inflacionarias que son necesarias de contener oportunamente", advirtió.
"El dilema no es si la Tasa de Política Monetaria (TPM) debe subir o no, sino cuándo y con qué intensidad debe hacerlo. Retrasar este proceso sólo terminará por requerir ajustes más rápidos y de mayor magnitud para evitar la incubación de desórdenes inflacionarios", advirtió De Gregorio y agregó que "esto permite dosificar con flexibilidad el retiro del estímulo".
"Debemos evitar que se incuben presiones inflacionarias incoherentes con nuestra meta", dijo De Gregorio un día después de que el Banco Central decidió subir la tasa de interés en 50 puntos base, la primera alza luego de 21 meses.
En su presentación ante la Comisión de Hacienda del Senado, De Gregorio destacó que tanto la economía chilena y como la mundial han iniciado su recuperación a partir de la segunda mitad de 2009, la que no ha estado exenta de dificultades: el terremoto y maremoto del 27 de febrero y las tensiones financieras en Europa.
"Si bien en el escenario base de los informes que hoy presentamos la economía mundial y chilena seguirán creciendo en los próximos trimestres, habrá que seguir evaluando cuidadosamente la situación internacional", señaló el presidente del Central.
No obstante, De Gregorio afirmó que todas estas consideraciones, "determinaron que en la Reunión de Política Monetaria que celebramos ayer hayamos dado comienzo al proceso de normalización del significativo estímulo monetario presente en la economía chilena".
El presidente del Central destacó que la diferencia entre el período actual y el vivido entre el 2007 y el 2009 "son los determinantes del escenario macroeconómico que enfrentamos". Porque en años anteriores, los vaivenes de la inflación y la actividad fueron consecuencia de lo que sucedía a nivel internacional, pero hoy provienen de las condiciones macroeconómicas internas. En particular, el cierre de las holguras de capacidad y el nivel actual de la TPM. "Por lo tanto, la política monetaria debe actuar en concordancia con un escenario de mayor fortaleza interna y coherente con la meta de inflación", afirmó.