El ex presidente argentino Fernando de la Rúa (1999-2001) volvió a sostener hoy que el estallido social de diciembre de 2001 fue producto de un complot para forzar su renuncia y acusó a algunos gobernadores provinciales de entonces incitar a la violencia.

"Se creó un clima de desorden para forzar mi salida", denunció el ex jefe de Estado en declaraciones a un medio local, el mismo día que comenzó el juicio para determinar responsabilidades por cinco de las 39 muertes que se produjeron en la represión de las manifestaciones contra el Gobierno a finales de 2001.

La Justicia argentina libró de responsabilidad al ex mandatario al considerar que actuó legítimamente al declarar el estado de sitio en el país en diciembre de 2001, por lo que no acompañó hoy en el banquillo de los acusados a Enrique Mathov, ex secretario de Seguridad; al ex jefe de la Policía Federal, Rubén Santos, y a quince agentes policiales, presuntamente responsables de cinco muertes y dos intentos de homicidio.

De la Rúa reiteró que desde su gobierno "no hubo ni orden ni plan" para reprimir a los manifestantes, por lo que "no hay responsabilidad personal ni un acto que deba lamentarse". 

El ex presidente afirmó que los trágicos incidentes de 2001 fueron "incitados por los gobernadores, principalmente en la provincia de Buenos Aires" y añadió que "hay imágenes de intendentes acompañando a los manifestantes indicando qué supermercados robar", en declaraciones al portal Infobae.

Fernando de la Rúa declaró el estado de sitio el 19 de diciembre de 2001, en medio de masivas protestas contra las decisiones del gobierno que a principios de ese mes había creado el "corralito" bancario.

Lejos de frenar las marchas ciudadanas, las movilizaciones se intensificaron al grito del "que se vayan todos" y el 20 de diciembre la policía reprimió ferozmente a los manifestantes que quedaban en la Plaza de Mayo, la plaza del Congreso y las zonas aledañas.

De la Rúa renunció a la presidencia ese mismo día y abandonó la Casa Rosada en helicóptero. 

Tras la dimisión De la Rúa, quien desde entonces ha mantenido la teoría de que fue víctima de un complot, cinco presidentes se sucedieron en pocos días hasta que el 2 de enero de 2002 el Parlamento designó jefe del Estado al senador Eduardo Duhalde (2002-2003).