En noviembre de 2006, la productora del canal Caracol de Colombia, Cristina Palacios estaba escuchando la radio cuando encontró un programa que le llamó la atención. Se trataba de un espacio de entrevistas, donde cuatro narcotraficantes discutían sus vivencias. Uno de ellos era Andrés López, ex alto funcionario del Cartel del Norte del Valle, quien había convertido su experiencia como traficante durante 25 años en un libro, que había escrito durante su estadía de 20 meses en una prisión federal estadounidense. "Era una charla demasiado surreal, porque más parecía una tertulia filosófica que una conversación entre mafiosos. Terminó la entrevista y a los cinco minutos me llama la productora y me dice: 'yo sé que usted tiene un libro, acabo de escuchar la entrevista y me encantaría conversar con usted'. Viajé a Miami, me reuní con ella y ese día nació oficialmente como serie de televisión El cartel de los sapos", recuerda el mismo López al teléfono con La Tercera desde Miami, sobre el origen de la telenovela que Mega estrena esta noche, luego del penúltimo capítulo de El patrón del mal. La serie ocupará el horario de la historia sobre Pablo Escobar luego de su final, mañana.
Pero el camino de la nueva producción dramática -que se convirtió en un éxito de audiencia en Colombia y se anotó una segunda parte-, había comenzado cinco años antes, en junio de 2001, cuando López decidió entregarse a la DEA (Drug Enforcement Administration) estadounidense, luego de un año y medio de tratativas con las autoridades.
El "Florecita", como era apodado López dentro del cartel, había comenzado en el negocio de las drogas a mediados de los años 80, cuando era adolescente, trabajando en los laboratorios de cocaína igual que la mayoría de sus compañeros y vecinos. A poco andar se convirtió en dueño de uno de esos lugares, luego en exportador de la droga y, finalmente, en su distribuidor en Estados Unidos, viviendo en países como Panamá, México y España. El escritor era parte del Cartel del Valle del Norte, una organización criminal del Valle del Cauca, en el suroeste de Bogotá, que nació en 1993, luego de la muerte de Pablo Escobar. Ahí López llegó a ser uno de los miembros más poderosos. "Mi historia da a conocer lo que sucedió después de que muere Pablo Escobar Gaviria, que fue el punto de partida de una nueva generación de narcotraficantes. En esa época se pensaba que, muerto Pablo, se acababa el fenómeno del narcotráfico y nada más distante a esa premisa. Su muerte dio partida al surgimiento de una nueva generación de narcotraficantes quizás más poderosa que el mismo Pablo. Y esa es la historia que la gente va a encontrar en El cartel de los sapos", detalla López.
Debido a la insistente persecución de la DEA y la cooperación con las autoridades de los carteles rivales, López decidió entregarse a la justicia, proceso que concretó en 2001. Ahí fue condenado a 11 años de prisión, considerando atenuantes como que no se le acusaba de ningún homicidio. Eso sí, gracias a su cooperación con distintas investigaciones, su sentencia se redujo a 20 meses. Fue durante su estadía en la cárcel que escribió el libro El cartel de los sapos, que sirvió como base para la telenovela del mismo nombre y que cuenta, en primera persona, toda su experiencia como criminal.
"En la cárcel fue el único momento en que tuve la oportunidad de transformar mi vida, tomar conciencia", cuenta y añade hablando de sí mismo en tercera persona que "también estaba la necesidad de Andrés de contarles a sus hijos su verdadera versión de los hechos. No la versión venenosa que rondaba en todas las esquinas. Era una forma de hacer catarsis y de mutar todas esas cosas que había vivido". Y remata: "También está la necesidad de hablar con alguien, porque encerrado en un cuarto de dos por dos metros no puedes hablar con nadie. Fue una necesidad, se juntaron todas esas cosas y ese día Andrés encontró que había una gran profesión en su vida. Pero lo más lindo es que se logró y que aprendí que había una forma decente en que se podía ganar la vida".
Una de las cosas más difíciles que enfrentó una vez fuera de la cárcel, cuenta, fue explicarles a sus hijos la experiencia como criminal. "Ese es un momento muy doloroso, cualquier ser humano que se enfrenta a sus hijos de cinco y seis años (edad que tenían en ese momento sus dos niños), a los que les tiene que decir la verdad, que en este caso era bastante dolorosa y era que su papá era un delincuente. Uno difícilmente le puede explicar a un niño que uno es un narcotraficante. Ese fue el momento más complejo de mi vida. Hoy lo cuento distante y ya no me afecta tanto, pero en ese momento fue una tragedia", relata.
Para escribir El cartel de los sapos, que en Colombia fue exhibida en 2008, López tomó cursos de escritura de guiones y de dirección en Los Angeles y Puerto Rico, y contó con la colaboración de otro guionista, asignado por Caracol. Según cuenta el autor, la producción conserva casi íntegros los hechos narrados en el libro, con sólo algunas licencias dramáticas. Lo que sí se cambió fueron todos los nombres, a pesar de la resistencia propia y de la productora general. La modificación fue una exigencia de la cadena. "Como en aquel entonces nadie había contado una historia así, eran muy temerosos de usar los nombres reales", resume. Eso ahora ha cambiado y habitualmente se utilizan todos los personajes reales.
El éxito de El cartel de los sapos afianzó el fenómeno de las conocidas como "narconovelas", exitoso subgénero que se ocupa, precisamente, de historias sobre la mafia de las drogas en sus distintas facetas. Pero López dice que no le gusta la etiqueta. "Siento que, como todas las historias importantes y dramáticamente interesantes tienen todos esos elementos que cualquiera quiere encontrar en una historia. Tiene odio, traición, drama, sufrimiento, acción, amor. En el mundo del narcotráfico se unen todos esos elementos, pero ese género en particular es como cualquier otro que ha existido toda la vida. Todo depende de por dónde uno las aborde y por dónde uno quiera contar las historias", opina.
El cartel de los sapos y su secuela literaria no fueron las únicas incursiones como escritor de López, quien ha seguido una exitosa carrera. A esos dos libros sumó Las fantásticas, sobre las esposas de los narcotraficantes y que luego se convirtió en la teleserie Las muñecas de la mafia, en 2010. Y a mediados de abril, Telemundo estrenó su última producción: El señor de los cielos, sobre la vida del ex jefe del cartel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes. Además, el guionista lanzará en los próximos días un libro del mismo nombre.