No tenía que ser así. La caída de las monedas emergentes debía impulsar las exportaciones a los renacientes mercados desarrollados en Europa, Estados Unidos y Japón. La bonanza exportadora ayudaría, según esta teoría, a paliar una debilidad clave en las economías emergentes como las "cinco frágiles" de India, Indonesia, Sudáfrica, Turquía y Brasil, achicando sus déficit en cuenta corriente.
Pero la realidad no hizo caso a la razón. "Las exportaciones de la mayoría de los mercados emergentes han sido, en el mejor de los casos, anémicas este año", comentó Craig Botham, estratega de Schroeders en Londres.
En conjunto, las exportaciones de mercados emergentes crecieron 4,3% en enero respecto de igual mes de 2013, por encima del 4,2% de diciembre. Pero este magro repunte esconde una divergencia notable entre regiones: América Latina y parte de Africa han tenido un mal desempeño, mientras que Asia emergente y Europa oriental han estado relativamente florecientes. Dentro de las regiones, hay diferencias significativas entre países.
Estas discrepancias no sólo ayudan a revelar las influencias que limitan una recuperación emergente apoyada en las exportaciones, también identifican los diferentes niveles de vulnerabilidad entre los cinco frágiles y otras economías emergentes a nuevas turbulencias de mercado.
En el lado optimista, India e Indonesia parecen estar saliendo, si no por completo, al menos de la lista crítica de los cinco frágiles. Sus déficits en cuenta corriente se han ido reduciendo como porcentaje del PIB, sobre todo porque las grandes depreciaciones monetarias del año pasado (28% de la rupia india y el 20% la indonesia, entre mayo y agosto) han causado reducciones significativas de las importaciones.
Acciones, bonos y divisas en los mercados de ambos países ya están recompensando este giro, incluso en un momento de inestabilidad en Ucrania y persistentes temores sobre el retiro del estímulo monetario de Estados Unidos. Pero estas lecturas optimistas no ocultan el hecho de que tales reducciones del déficit derivan más de una caída de la demanda interna que de un resurgimiento en las compras del mundo desarrollado de las exportaciones de India e Indonesia.
"De hecho, todavía hay razones para ser relativamente pesimista sobre la historia de las exportaciones de los mercados emergentes", dice David Lubin, economista jefe para mercados emergentes en Citi.
"En EEUU, por ejemplo, hay indicios de que el crecimiento de las importaciones no energéticas ha sido considerablemente más débil que en etapas similares del ciclo de EEUU en cualquier momento a partir de 1980", añadió Lubin "Y la persistencia del superávit en cuenta corriente de la zona euro sugiere que las perspectivas de un aumento fuerte de la demanda de importaciones son débiles".
Parte del problema con la demanda de EEUU y Europa, dice Louis Lam, economista para Gran China de ANZ Research, es que aún no se ha ampliado para incluir la electrónica, que representa entre 30% y el 60% de las exportaciones totales de los países como Malasia, Tailandia y Filipinas.
Hasta que ocurra esa diversificación de la demanda, el comportamiento de las exportaciones del sudeste de Asia seguirá siendo dictado por Japón, donde la demanda ha sido relativamente fuerte, y por China, donde la desaceleración de la inversión en construcción de este año ha hecho caer en picada los mercados de commodities no alimentarios.
El espectro de un debilitamiento de las importaciones chinas de mineral de hierro, cobre y otros recursos presiona a Brasil, Sudáfrica e Indonesia entre los cinco frágiles, pero también es negativo para Chile, Colombia, Rusia y Perú, dice Botham, que ha ordenado los mercados emergentes en función de su vulnerabilidad a una desaceleración china.
Es probable que la exposición a China limite las mejoras en el déficit de cuenta corriente promedio de América Latina por algún tiempo. "A América Latina le ha ido relativamente mal, debido en parte a la fuerte dependencia de la región en las exportaciones de productos básicos ", dijo Neil Shearing, economista jefe de mercados emergentes de Capital Economics, en una nota. "Crucialmente, los precios de las materias primas han estado cayendo".
De hecho, los indicadores son elocuentes. Las exportaciones de productos básicos no alimentarios representan más de 80% de las exportaciones totales a China de Colombia, Chile, Brasil y Perú. Lo mismo ocurre en Sudáfrica, Rusia y Turquía, mientras que en algunos mercados de frontera, como Zambia, la dependencia de las exportaciones de cobre a China es tanta que la moneda nacional, el kwacha, se ha depreciado frente al dólar de EEUU hasta en un 8% en el último mes.
Las tensiones que afligen a China, por lo tanto, dan énfasis a la esperanza de que se materialice pronto un fuerte aumento de la demanda en EEUU, Europa y Japón por exportaciones de los mercados emergentes. Pero en ausencia de tal recuperación, dos miembros de los cinco frágiles, Turquía y Brasil, parecen particularmente expuestos debido a que sus déficit en cuenta corriente no mejoraron en el cuarto trimestre del año pasado.
Sudáfrica logró reducir su déficit, pero sigue siendo vulnerable, ya que lo hizo en gran medida subiendo las tasas de interés y conteniendo su economía interna para reducir las importaciones. En general, entonces, las perspectivas de una solución a los problemas de los mercados emergentes impulsada por las exportaciones parecen remotas. "De cara al futuro, en teoría, las caídas de las divisas en el último año podrían, a la larga, sostener un aumento de las exportaciones de bienes manufacturados", dijo Capital Economics en una nota de investigación. "Pero ... no estamos conteniendo la respiración".