La exhibición de retratos artísticos del dictador Adolf Hitler, su ministro de propaganda Joseph Goebbels y del soviético Josef Stalin en el edificio del Parlamento del estado de Brandeburgo no se retirará a pesar de la fuerte controversia.
Sin embargo, las imágenes deberán ser mejor explicadas. Así lo decidieron las fracciones parlamentarias del Partido Socialdemócrata (SPD), La Izquierda y Los Verdes.
Para el día de puertas abiertas del Parlamento regional -previsto para este fin de semana- se complementará la exposición con carteles y revistas con amplias explicaciones, así como un catálogo.
La Unión Cristianodemócrata (CDU), el Partido Liberal y asociaciones de víctimas protestaron esta semana contra la exposición del artista Lutz Friedel, que plasmó en 112 retratos 400 años de historia alemana por encargo del Parlamento regional, entre ellos los de Hitler y Stalin pero también de la niña judía Ana Frank o del escritor Franz Kafka.
"Los asesinos y los tiranos no tienen por qué estar en el Parlamento regional", se indignó el jefe del grupo parlamentario del Partido Liberal en Brandeburgo, Andreas Büttner.
Su colega democristiano Ingo Senftleben también criticó que adorne los pasillos de la sede parlamentaria en la ciudad de Potsdam, al sur de Berlín, un retrato de una jueza de la extinta RDA conocida por sus condenas a muerte a opositores.
También el Consejo Central de los Judíos de Alemania fustigó el proyecto.
El artista, por su parte, se defendió con vehemencia. "Es mera maldad afirmar que quería hacer una apología de Hitler y de toda la mierda nacionalsocialista", dijo a dpa. Friedel sostuvo que su intención era llevar a la reflexión sobre la Historia.
En el caso del retrato de Hitler se trata en realidad de uno del cómico Helge Schneider que parodió al dictador en una comedia cinematográfica, explicó.
Los ciudadanos de Brandeburgo podrán emitir su propio juicio a partir del fin de semana, cuando el Parlamento ubicado en el Palacio Municipal de Potsdam abra sus puertas tras unos trabajos de restauración de la fachada.
Un retrato faltará, el del jefe de Estado que mandó construir el Muro de Berlín, Walter Ulbricht. El cuadro tuvo que ser retirado después de que alguien le pegase un cartel con la inscripción de "asesino".