"Juro por Alá que todo lo que diga hasta el final de este testimonio será verdad. Que Alá maldiga al mentiroso". Bajo ese juramento, el único condenado en Estados Unidos por los ataques del 11 de septiembre de 2001 entregó una serie de testimonios que reavivaron el debate para que salga a la luz uno de los secretos mejor guardados por el gobierno estadounidense y que involucraría a la familia real saudita por su supuesto rol en los atentados contra las Torres Gemelas.

El ciudadano francés Zacarias Moussaoui entregó sus declaraciones desde una cárcel de alta seguridad y aseguró -sin certeza de la fecha exacta- que en 1998 o 1999 recibió la orden de los líderes de Al Qaeda en Afganistán para crear una base de datos digital de los financistas del grupo. "Algunos de ellos son tremendamente famosos, como (el príncipe) Al Waleed Bin Talal, el príncipe Turki Al Faisal, el príncipe Bandar Bin Sultan, el príncipe Mohammed Al Faisal (…) había alguien más, una mujer, pero ya recordaré", señala Moussaoui en la declaración. Estas serían algunas de las 12 figuras sauditas involucradas con Al Qaeda.

Sin embargo, los alegatos de la supuesta complicidad de Arabia Saudita en los atentados no son nuevas. Las suposiciones salieron a la luz pocos días después de los ataques del 11 de septiembre, según señaló The New York Times. Los detalles estarían en un archivo clasificado de 28 páginas que el gobierno estadounidense ha mantenido bajo llave por 13 años.

"Las 28 páginas tratan de quien financió el 11/9, y señalan firmemente que Arabia Saudita fue su principal financista", señaló al Times el senador demócrata por el estado de Florida, Bob Graham, quien como jefe del Comité de Inteligencia del Senado liberó en su momento la investigación que fue publicada en diciembre de 2002, con excepción de la Parte 4 -sobre Arabia Saudita- que fue clasificada por órdenes del Presidente George W. Bush.

Los defensores de liberar las 28 páginas han sugerido que tanto la administración Bush como la del Presidente Obama han obstaculizado la publicación del archivo por miedo a perder un importante aliado económico y militar, más que por consideraciones del país, señaló el diario neoyorquino. También el gobierno saudita abogaría por desclasificar los archivos, pues ayudarían a refutar los alegatos de complicidad en el 11/9.