El ingeniero Ricardo Jiménez (50) se promocionaba a través de internet, donde ofrecía participar en el "ritual de la ingesta del cactus San Pedro". Las reuniones se efectuaban dos veces por mes en su parcela del Cajón del Maipo y cobraba 60 mil pesos a cada asistente. Los encuentros "de sanación" consistían en la ingesta de una droga alucinógena llamada mescalina, que se extrae del cactus típico del norte de Chile.
El miércoles el Segundo Tribunal Oral en lo Penal de Santiago determinó, en forma unánime, que Jiménez era culpable del delito de "tráfico ilícito de pequeñas cantidades de sustancias sicotrópicas". Hoy se dictará la condena, en la que la Fiscalía Centro Norte pidió siete años de presidio.
A fines de noviembre de 2008 el ingeniero, quien además tiene cursos de reiki, yoga kundalini y tantra blanco, fue detenido en su parcela mientras realizaba el ritual con otras seis personas, gracias a la participación de un agente encubierto de la PDI. Se le encontraron 24 cactus San Pedro, tres botellas de medio litro con mescalina, además de restos del cactus en las ollas donde realizaba la preparación del alucinógeno. La detención de Jiménez generó un debate en torno al consumo de mescalina, ya que quienes defienden su uso indican que se trata de una "actividad espiritual".
Las pesquisas del Ministerio Público indican que Jiménez, además, tenía en su domicilio una arma de fuego no inscrita. Desde que fue detenido el ingeniero, el fiscal Jaime Retamal recabó una serie de declaraciones de personas que asistían a los rituales en el Cajón del Maipo, entre quienes se encuentran abogados, médicos, terapeutas, ingenieros, publicistas y artistas. Todos coinciden en que consumían la sustancia para superar problemas personales.
Los rituales, que se realizaban dos veces al mes, duraban de 9.00 a 21.00. Los asistentes bebían la mescalina en el patio de la parcela de Jiménez y después recorrían a pie cerros y quebradas del Cajón del Maipo, guiados por Jiménez y su pareja, María Frederick. El ingeniero, el día que fue detenido, indicó que una sesión de nueve horas con mescalina equivale a "dos años de terapia normal".
En la preparación del juicio, la fiscalía presentó un informe del Ministerio de Salud, donde se indicaba que la mescalina es una droga que produce dependencia síquica y física y que es capaz de provocar efectos tóxicos en el organismo. Según el documento, al igual que el LSD, es capaz de provocar enfermedades tales como alteraciones de juicio y trastornos de la personalidad, entre otras secuelas.
Ayer Ricardo Jiménez dijo que "no me quiero referir hasta que salga la condena, pero lo que sí quedó claro la semana pasada es que el delito fue recalificado. La fiscalía me acusó de narcotráfico y la recalificación fue de microtráfico".
Desde noviembre la fiscalía está llevando otra investigación de similares características: los rituales de consumo de ayahuasca que ofrecían dos "terapeutas" en el sector de Pirque. Los imputados traían la droga del Amazonas.