El segundo testigo decalaró en el juicio oral contra María del Pilar Pérez y José Ruz, por los crímenes de Diego Schmidt-Hebbel, Francisco Zamorano y Héctor Arévalo. Se trata del padre María Belén Molina y cuñado de la imputada: Agustín Molina.

El hombre detalló ante el tribunal su papel dentro de la familia y su percepción de los hechos en que se vio envuelta su hija.

Molina dijo que la relación con María del Pilar Pérez "era insoportable" y agregó que "ella siempre quiso mandar, tenía un afán de poder y quería tener a todos bajo su mando". Dijo que los problemas se acrecentaron con la enfermedad del padre de Pilar. "Ella decía que no se estaba cuidando a su padre, que lo estaban matando", apuntó. A fines de 2009 con la muerte del padre de Pilar se cortaron las relaciones con ella y ahí empezaron los problemas por la herencia".

Agustín Molina nació en Madrid y llegó a Chile a casarse a con una de las hermanas de la imputada, con el tiempo se hizo cargo de la panadería de sus suegros. Con su testimonio finalizó la jornada en el Centro de Justicia. El lunes continuará a las 9.00. El tribunal determinó que, como le falta seguir declarando, Molina tiene la imposibilidad de tomar contacto con su hija este fin de semana.

Previamente María Belén entregó un crudo relato de la escena del crimen de su ex pololo en casa de calle Seminario 97, en noviembre de 2008.

Aquel día en todo minuto ella estuvo presente observando como asesinaban a Schmidt-Hebbel. En su relato al tribunal, la joven explicó que todo se inició cuando entraban con su pareja a la casa, momento en que detrás de ellos entró el supuesto autor del homicidio, José Ruz. En un momento ellos quedaron en el pasillo que daba a la puerta blindada de la casa. Diego "me mira y me dice escóndete, su idea era que yo corriera detrás de la puerta blindada y me ocultara. Veo como Diego comienza a forcejear con esta persona y le digo que le entregue todo al tipo, pero el objetivo de la persona que entró no era robarse el auto o el notebook de Diego, lo único que hacía era apuntar a la cabeza de Diego".

En ese momento el homicida dispara al cuello de su víctima, luego un segundo disparo impacta en el techo. "Era una pelea absolutamente desigual entre un ser armado y otro que tenía sólo su cuerpo para defenderse", relató Molina.

Agregó que su pololo siguió forcejeando y peleando con el homicida quien además le cortó la cara con un cuchillo. "Yo veía que esta persona estaba asesinando al amor de mi vida, yo comienzo a gritar y me escucha mi papá quien me dice que me corra de la puerta". En ese minuto entra el padre de la joven y el supuesto asesino, escapa del lugar.

Posteriormente Molina sale a la calle y le pide a un escolar que llame a una ambulancia. "Con una de mis manos le tapaba la herida del cuello y con la otra intentaba tapar la herida de su cara, pero seguía desangrándose". En la posta, los detectives le preguntan a María Belén quien cree que está detrás de lo sucedido y ella responde: "pensé en Pilar por todas las historias familiares que habían, que nos trataba de hacer la vida imposible". Sus sospechas se fundaba también por la historia de que su tia había mandado asesinar a una ex pareja y por sus sospechas de que podía tener que ver, además, en la muerte de Francisco Zamorano. "Por favor investíguenla" fue lo que pidió la joven a la PDI en ese minuto.

El imputado José Ruz en todo minuto observó atento la declaración de María Belén. En un momento escribió en un papel "no es verdad el caso del cuchillo". Como parte de los testimonios la fiscalía mostró fotografías de la escena del crimen. María Belén identificó a Ruz como el asesino de su ex pololo: "el asesino de Diego está sentado en esta sala, es un hombre que está con camisa gris sentado al lado de su abogado me imagino, ni siquiera quiero mirarlo mucho". María del Pilar Pérez, arriesga hasta 83 años de cárcel.

REACCIONES
El abogado de Molina, José Luis Pérez Calaf, destacó la fortaleza de la joven para narrar su testimonio y enfrentar a la opinión pública. "Primera vez que enfrenta a los medios sobre lo que sucedió, se siente acompañada de Diego, siente que la razón de que Diego la acompañe es para que esto se aclare, para que los culpables de la muerte de él y del resto de las personas sean condenados", agregó el profesional.

A su vez, el fiscal Carlos Gajardo cailificó como "contundente", el testimonio de la sobrina de María del Pilar Pérez. "Como hemos dicho la prueba está comenzando a hablar por sí misma, es el momento en que los abogados no tenemos mucho que decir, y la primera testigo ya está dando muchas luces de cómo y porqué ocurrieron los hechos, relató y describió a la persona que cometió el crimen".

Tanto Pérez Calaf como Gajardo explicaron que el antecedente entregado, respecto de que una semana antes del crimen, Diego y ella habían sido seguidos por un hombre a metros de su casa que respondería a las características de Ruz, "sería un indicio de la planificación del crimen" y guarda absoluta relación con la declaración que hizo el supuesto sicario.