Los 15 megasistemas de control aluvional que durante los últimos 15 años se han levantado a lo largo de las desérticas quebradas de Antofagasta, Tocopilla y Taltal, en la II Región, ayudaron a impedir que los 20 mm de agua caída en 15 horas generaran una tragedia similar a la de 1991, cuando 100 antofagastinos murieron arrastrados por un aluvión.

"Esa catástrofe fue una dolorosa lección, que aprendimos", indicó el seremi de Obras Públicas, César Benítez, al explicar el sistema de control aluvional con el que cuenta la región. Este ha significado una inversión total de $ 70 mil millones y un programa que aún mantiene pendiente la construcción de otros tres sistemas, en las quebradas de Bonilla, El Toro y Jardines del Sur.

Según señaló Benítez, cada uno de estos sistemas de mitigación está integrado con al menos cuatro piscinas decantadoras. "Hay algunos, como la quebrada La Cadena, que tiene 19 piscinas", enfatizó la autoridad. Se trata de grandes pozos decantadores de hormigón, para contener el material destructivo del cerro y permitir que sólo fluya hacia la ciudad el agua de lluvia.

"Es una inversión grande, que cumple una función cada 10 años, pero que ayuda a salvar vidas, conteniendo material y otorgando tiempo de evacuación", apuntó el vocero del gobierno regional, Víctor Flores.

Según explicó la autoridad, para 2019 se espera que las obras de mitigación protejan de este tipo de desastres al 80% de la población de la ciudad, de más de 370 mil habitantes. Hoy, solo los sistemas de las quebradas del centro de la ciudad resguardan al 35% de los residentes.

Las autoridades también destacan que una tarea pendiente es que los habitantes mantengan limpios de basura y escombros estos sistemas de seguridad urbana.