Administran justicia en Chile. A diario deben resolver conflictos penales, de familia, civiles, laborales, etc. Algunos dicen que sus jornadas de trabajo son extenuantes y que nunca logran desconectarse de sus labores. Por eso, febrero es una fecha especial para los jueces, es el momento en que disfrutan del feriado judicial y logran ese espacio de libertad para desarrollar actividades extraprogramáticas, muy alejadas de la formalidad de sus funciones en el Poder Judicial, pero para algunos complementarias.
Este es el caso de las juezas de los Tribunales de Familia de Santiago. Gloria Negroni, magistrada de esta jurisdicción, señala que desde hace un tiempo ella y otras de sus colegas empezaron a realizar reiki en sus ratos libres y luego llevaron hasta el tribunal las experiencias aprendidas. "Nadie puede traspasar más bienestar que el que siente", dice la magistrada, quien señala que algunas de las terapias sirven para distender el ambiente en situaciones tensas que se viven en el marco laboral, sobre todo cuando se tramitan materias tan complejas como lo son las causas de familia.
El juez del Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, Daniel Urrutia, dice que también ha encontrado la forma de que su pasatiempo pueda aportar en su labor como magistrado de causas penales. "Practico aikido desde hace varios años. Es un arte marcial que tiene como esencia no atacar al oponente, y si te atacan, la perfección es neutralizar al otro utilizando su propia fuerza", explica.
Sobre cómo las enseñanzas de su maestro de aikido se ven reflejadas en su labor como juez, Urrutia comenta que "el aikido enseña sobre la virtud de la prudencia, y a veces en las audiencias hay situaciones que son bien complejas; muchas veces las partes, el imputado o la víctima, son agresivas y este arte marcial me permite ver cómo sucede eso sin que te genere problema y pueda originar una reacción tuya destemplada".
Hay otros jueces que entre sus pasiones tienen la música. Este es el caso del ministro de la Corte Suprema Héctor Carreño y el secretario titular de la Corte de Apelaciones de Temuco, José Ignacio Rau. El integrante de la Sala Constitucional del máximo tribunal del país es conocido por tocar el bandoneón y por realizar presentaciones junto a sus hijos, quienes también comparten su pasión por la música.
Por su parte, Rau es un eximio cantante, con más de 30 años de trayectoria. Actualmente integra como tenor el Coro de Cámara de la Universidad de La Frontera, de Temuco, y según comenta, ha realizado numerosas giras musicales dentro de Chile y el extranjero. "Mi actividad coral ha estado permanentemente vinculada a mi labor judicial como complemento de la misma y apoyo a la celebración de diversas ceremonias", dijo.
Están también los magistrados que han tomado el camino del deporte e incluso han representado al Poder Judicial en diversos campeonatos nacionales e internacionales. Uno de los ministros de la Corte de Apelaciones de Santiago que goza de este tipo de pasatiempos es Mario Carroza, quien es conocido por jugar -cada vez que puede- fútbol, ya sea con colegas o en otros campeonatos. Otro ministro que comparte esta pasión es Manuel Valderrama -conocido como fanático de Universidad de Chile-, quien, junto a este deporte, en los últimos meses ha comenzado a practicar runner.