El partido entre los clubes brasileños Cruzeiro y Gremio por la semifinal de ida de la Copa Santander Libertadores terminó en la madrugada de hoy en una comisaría de la policía de Belo Horizonte, a la que el delantero argentino Maxi López tuvo que acudir tras haber sido acusado de racismo.
El delantero del Gremio fue acusado formalmente de racismo por Elicarlos, volante del Cruzeiro y quien dijo haber sido tildado por el argentino de "macaco" (mono) durante una discusión en la cancha.
La acusación provocó dos horas de confusión debido a que la delegación del Gremio, tras el golpe que supuso la derrota por 3-1 en el partido de ida en busca de la final, se negó a abandonar el estadio Mineirao de Belo Horizonte hasta que López fuera liberado.
El argentino negó haber ofendido verbalmente a Elicarlos con términos de connotación racista, algo que en Brasil configura el delito de injuria calificada por motivos raciales.
"Maxi López alegó que fue una discusión normal dentro de la cancha y que no usó términos despreciativos. Argumentó que no tenía condiciones de expresarse de esa manera en portugués por desconocer el significado del término", afirmó el comisario Daniel Barcellos, de la Policía Civil del estado de Minas Gerais.
El comisario alegó que, tras escuchar la denuncia de Elicarlos y la defensa del argentino, iniciará una investigación para determinar si hubo o no crimen.
"Por el momento apenas hay versiones contradictorias. Apenas al final es que podremos considerar si se formula una acusación. Maxi López fue liberado y lo contactaremos en caso de que necesitemos escucharlo de nuevo", agregó.
Los dos futbolistas abandonaron la comisaría protegidos por escoltas de sus equipos y se negaron a dar declaraciones.
Los incidentes que provocaron la discusión ocurrieron en el primer tiempo del partido y luego de que López cometiera una falta sobre Wagner. Elicarlos que se metió en la discusión entre ambos dijo haber sido insultado con el término racista por el argentino.
La confusión prosiguió después del partido cuando la policía intentó invadir el autobús en el que estaba la delegación del Gremio para intentar retirar a la fuerza al jugador argentino.
Los jugadores del Gremio decidieron entonces acudir en grupo a la comisaría para acompañar a López, y hasta el técnico del club de Porto Alegre, Paulo Autuori, tuvo que ser advertido de que podría ser detenido debido a sus protestas dentro del despacho policial.