La aerolínea Delta Airlines se vio envuelta en un escándalo tras expulsar de uno de sus aviones a una pareja y a su hijo de dos años, luego de que el niño ocupara un asiento que había sido pagado por ellos previamente, pero comprado con otro nombre.
La familia Schear había pagado el asiento para otro de sus hijos, quien finalmente viajó en otro vuelo hasta Los Ángeles.
De esta manera el cupo fue ocupado por el pequeño de dos años, consignó El País, ya que los padres querían instalar su sillita para que durmiera con tranquilidad.
Sin embargo, la aerolínea insistió en que la butaca tenía que ser cedida a otro pasajero, ya que los billetes de avión llevan nombre y no pueden ser transferidos a otras personas, por lo que el pequeño no podría sentarse allí.
El padre se negó a entregar el asiento que ocupaba su hijo mejor, ante lo que los agentes aeroportuarios los presionaron para bajarlos del avión.
"Será una ofensa federal. Tú y tu mujer irán a la cárcel", amenazó uno de los policías. "Yo compré ese asiento y si me dices que se lo vas a dar a otra persona cuando yo pagué por él, no es correcto", respondió el padre.
Finalmente la familia dejó el avión.
Las autoridades aeroportuarias se defendieron con el argumento de que los niños de dos años deben por ley ir en el asiento con sus padres. Sin embargo, la misma normativa de Delta recomienda a las familias que compren otros asientos para menores de dos o más años.
El caso salió a la luz y Delta informó en un comunicado que compensó a la familia Schear tras el hecho.