El Partido Demócrata, sacudido por una debacle electoral que superó los peores pronósticos, mira ahora hacia Hillary Clinton y los donantes comienzan a presionar para que anuncie cuanto antes su candidatura a la Presidencia en 2016.
No es oficial, pero todos en Estados Unidos la dan por candidata segura. Por eso la gran pregunta que dejaron las legislativas del martes es cómo afectará el resultado a sus expectativas electorales.
Aunque la noche del 4 de noviembre fue demoledora para el presidente Barack Obama y su partido, muchos consideran que un Congreso controlado por los republicanos es el mejor escenario al que podría enfrentarse Clinton.
"Un Congreso controlado por hombres republicanos es un perfecto oponente político contra el que hacer campaña si eres Hillary Clinton", explicó a Efe Anthony Corrado, experto en elecciones y partidos de la Brookings Institution.
Una de las dificultades de Clinton para hacerse con la Casa Blanca era ser la candidata del partido que lleva dos mandatos gobernando, pero ahora puede argumentar que la parálisis de Washington es culpa del bloqueo republicano en el Congreso.
"Así podrá presentarse como alternativa a un inoperante Washington sin tener que distanciarse de Obama y, por ende, de la base de minorías y jóvenes que aupó al presidente y que ella necesita hacer suyas", comentó Corrado.
La historia también demuestra que es posible: George Bush padre ganó las elecciones de 1988 dos años después de que los demócratas se hicieran con el control absoluto del Congreso tras arrebatar el Senado a su partido, una situación análoga a la actual.
La esperanza demócrata es que el Partido Republicano se pierda en la batalla interna entre el "establishment" -el aparato-, más abierto a cooperar con el presidente, y los ultraconservadores del Tea Party, empecinados en desmantelar el legado de Obama tras ganar peso en el Senado.
La demografía también ofrece razones para el optimismo demócrata. Las presidenciales movilizan a jóvenes, mujeres y minorías, colectivos que votan progresista y que no se interesan por las legislativas, en las que predomina el tradicional votante republicano blanco y de mayor edad.
"Las elecciones de medio mandato de este año han evidenciado lo crucial que es para los demócratas movilizar a estos colectivos", apuntó Corrado.
Las mujeres, sobre todo las solteras, son el colectivo más fiel al Partido Demócrata, una circunstancia que juega a favor de la campaña de Clinton, en la que con toda seguridad se enfatizará el hecho histórico de que por primera vez una mujer pueda liderar el país.
"Clinton puede ampliar el voto demócrata entre las mujeres. Su gran reto será ganarse a los demócratas de Obama, más progresistas y más jóvenes, sin perder a los de centro", explicó el experto.
Las minorías latina y afroamericana, claves en el triunfo de Obama, apoyaron en su día a su marido, el expresidente Bill Clinton, y estuvieron de su lado también cuando era senadora, puesto desde el que contribuyó a impulsar el Dream Act -que legaliza a ciertos estudiantes indocumentados-.
En la campaña de las legislativas, Clinton se presentó como "firme defensora de la reforma migratoria", gran promesa de Obama sin cumplir debido al bloqueo republicano y de cuyo avance en los próximos dos años dependerá en buena medida la percepción de su partido entre los latinos.
Las "midterms" de 2014 han servido a los Clinton para exhibir músculo político: en menos de dos meses recaudaron más de 10 millones de dólares y participaron en 45 actos de campaña con 26 candidatos en 18 estados.
El anuncio oficial de su candidatura no se espera hasta el año que viene, pero la campaña en la sombra ya ha comenzado. Nada más conocerse el resultado de las legislativas, los comités de acción política (Super PAC) que buscan llevar a Clinton a la Casa Blanca empezaron a hacer llamadas y enviar mensajes para asegurar donaciones.
"Ahora más que nunca necesitamos mostrar a Hillary que estamos preparados para apoyarla en esta carrera. Estados Unidos necesita el liderazgo de Hillary", puede leerse en uno de los correos electrónicos de "Ready for Hillary", uno de los comités más activos.
En paralelo, el equipo del magnate de Hollywood Jeffrey Katzenberg comenzó a hacer llamadas para captar donaciones para otro de los comités electorales pro Clinton, Priorities USA Action.
Con un Obama en sus horas más bajas y maniatado por el control republicano del Congreso, crece la urgencia entre los demócratas para buscar un nuevo líder que insufle optimismo al partido y convenza a donantes y electores de que, pese a la rotunda derrota de las legislativas, mantener la Casa Blanca en 2016 es posible.