Luego del anuncio del retiro gradual de tropas de Afgansitán, que hizo anoche el Presidente de EEUU, Barack Obama, algunos legisladores demócratas mostraron ciertos reparos, especialmente por el amplio margen que definió el mandatario para aplicar el plan de regreso.

El programa que traerá de vuelta a 33.000 soldados para mediados del 2012, no es lo suficientemente rápido y es por lo tanto inadecuado, aseguran.

"Ha sido la esperanza de muchos en el Congreso y en todo el país que el retiro total de las fuerzas estadounidenses sucediera más pronto que lo que el Presidente expresó, y seguiremos presionando en busca de un resultado mejor", dijo la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, encabezando el coro de quejas de su partido, aunque en tono cortés.

En el otro bando, la respuesta republicana al plan de Obama fue clara. El titular de la Cámara Baja, John Boehner, advirtió al mandatario que no sacrificara los logros que Estados Unidos ha alcanzado en Afganistán. A su vez,  el senador republicano John McCain, rival de Obama en las elecciones presidenciales del 2008, dijo que el retiro era precipitado. "Este no es el retiro 'modesto' que yo y otros esperábamos y promovíamos", dijo McCain en una declaración

Los posibles aspirantes presidenciales republicanos también se apresuraron a criticar el plan del mandatario. El ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, acusó a Obama de proponer un "calendario arbitrario", y dijo que la decisión de retirar fuerzas "no debería basarse en razones políticas ni económicas".

Pero Jon Huntsman, ex embajador de Obama en China, opinó que la política sobre Afganistán debería basarse en el combate al terrorismo, "que requiere significativamente menos efectivos sobre el terreno que lo que el Presidente expuso esta noche".