Las mujeres cuya madre o hermana padecen cáncer de mama deberían considerar "fuertemente" el acto de amamantar a sus hijos, según aconsejan expertos en un informe publicado esta semana.

En un estudio fue realizado a más de 60.000 mujeres, los investigadores hallaron que aquellas con antecedentes familiares de cáncer de mama corrían mucho menos riesgo de desarrollar la enfermedad antes de la menopausia si amamantaban a sus bebés, comparado con las mujeres que no lo hacían.

"La lactancia materna es buena para las madres y para los bebés", dijo la doctora Alison M. Stuebe, de la University of North Carolina, en Chapel Hill.

Los resultados provienen de datos de 60.075 enfermeras que habían dado a luz y participaron en un estudio entre 1997 y el 2005.

A fines de junio del 2005, 608 mujeres -alrededor del 1 por ciento- habían desarrollado cáncer de pecho cuando tenían un promedio de 46 años, indicaron Stuebe y colegas del Brigham and Women's Hospital y la Escuela de Medicina de Harvard, en la última edición de Archives of Internal Medicine.

Los autores también informaron que las mujeres con madre, hermana u otro pariente cercano con cáncer de mama tenían un 59 por ciento menos riesgo de padecer la enfermedad si habían amamantado alguna vez en su vida.

Sin embargo, no se registró ninguna relación entre la lactancia materna y el cáncer de mama en las mujeres sin antecedentes familiares de la condición.

LAS RAZONES
El equipo de Stuebe también encontró que las pacientes que no habían amamantado pero usaban fármacos para suprimir la producción de leche materna tenían un 42 por ciento menos de riesgo de desarrollar cáncer mamario que aquellas que nunca habían amamantado o no consumían ese tipo de medicina.

Esa asociación podría estar vinculada con un problema en el proceso por el cual el tejido mamario regresa a su estado previo al embarazo.

Si una mujer no amamanta, experimenta un agrandamiento abrupto y el tejido mamario se inflamaría, explicó el equipo en el informe. Esa inflamación estaría ligada al cáncer.

"Creemos que tanto la lactancia como el uso de medicamentos supresores (de la leche materna) previenen esta inflamación", añadieron los autores.

En el estudio actual, alrededor del 70 por ciento de las mujeres que optaron por no amamantar a sus bebés dijeron que tomaban medicación para suprimir la producción mamaria de leche.

Claramente, concluyeron los investigadores, el amamantamiento está relacionado con "múltiples beneficios para la salud" de la mamá y el niño.

"Ese es el motivo por el cual necesitamos políticas hospitalarias de apoyo, licencias por maternidad pagas y lugares en el trabajo para que las mujeres puedan cumplir con sus objetivos de lactancia", dijo Stuebe.