Mientras en el mundo crece la campaña para pedir la liberación de las más de 300 niñas y adolescentes que fueron tomadas por la fuerza por el grupo yihadista Boko Haram; también crecen las críticas y denuncias en contra de la gestión que el gobierno nigeriano ha llevado a cabo ante la situación.

El Reino Unido, ex colonizador de Nigeria, dijo por primera vez en un comunicado que estaba listo para ayudar un dí­a después del secuestro masivo ocurrido el 15 de abril y realizó una oferta formal de asistencia el 18 de abril, según la oficina británica de Relaciones Exteriores.

Estados Unidos ha dicho que su embajada y agencias en ésta ofrecieron ayudar y estuvieron en contacto con el gobierno de Nigeria "desde el primer dí­a" de la crisis, según el secretario de Estado John Kerry.

Sin embargo, fue hasta el martes y miércoles, casi un mes después, que el presidente Goodluck Jonathan aceptó ayuda de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y China.

La demora subraya el que ha sido un enorme problema en el intento de encontrar a las jóvenes: una aparente carencia de urgencia por parte del gobierno y las fuerzas armadas, por razones que incluyen un rechazo a traer extraños, así­ como una posible infiltración por parte de los extremistas.

Jonathan se inquietó la semana pasada cuando el presidente estadounidense Barack Obama, en una conversación telefónica respecto a ayuda, mencionó presuntos abusos a los derechos humanos por parte de fuerzas de seguridad nigerianas.

Jonathan admitió además que su gobierno podrí­a estar infiltrado por insurgentes de Boko Haram, el grupo extremista que secuestró a las estudiantes. El año pasado, el mandatario dijo que sospechaba que el terrorista Boko Haram podrí­a estar en los cuerpos ejecutivo, legislativo y judicial de gobierno, así­ como en la policí­a y fuerzas armadas.

La espera ha dejado a padres en agoní­a, especialmente después de enterarse que algunas de sus hijas habrí­an sido forzadas a casarse con sus secuestradores a cambio de una dote nominal de 12 dólares. Abubakar Shekau, lí­der de Boko Haram, calificó a las adolescentes como esclavas en un video transmitido esta semana y juró que las venderí­a.

"Durante más de 11 dí­as, nuestras hijas estuvieron retenidas en un lugar", dijo Enoch Mark, el angustiado padre de dos adolescentes secuestradas de la Escuela Secundaria de Gobierno Chibok para Mujeres. "Las tuvieron en un campamento cerca de Chibok, a no más de 30 kilómetros y sin ayuda a la mano. Por más de 11 dí­as", enfatizó.