Hace poco más de 20 días, un menor de nueve años resultó herido luego de que, tras un confuso incidente, terminara con un lápiz enterrado en su ojo izquierdo. Horas más tarde y a pesar de recibir asistencia médica, el menor falleció.

Tras esto, la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Educación Metropolitana ayudó al hermano menor a encontrar un nuevo colegio y le entregó útiles escolares. Mientras, el padre del menor fallecido denunció que éste había sido víctima de bullying y la Superintendencia de Educación Escolar inició un sumario al respecto, que aún está en proceso.

Durante el primer semestre de este año, la Superintendencia recibió 799 denuncias por agresiones físicas entre alumnos. El año pasado, en igual período, hubo 579 reclamos por esta causa, lo que muestra un incremento de un 38%.

Sin embargo, el año pasado, la materia más denunciada no fueron los golpes entre estudiantes, sino el maltrato sicológico de adultos alumnos.

Según el superintendente Manuel Casanueva, el aumento de las denuncias se debe a que "hay una decisión de la comunidad de no callar este tipo de situaciones".

Agrega que "es más fácil hacer denuncias (a través de internet) y los canales están abiertos".

La presencia del bullying en los temas de conversación hace, también, "que en el fondo los apoderados, los alumnos y también el profesorado tomen conciencia de cómo actuar frente a este tipo de situación", sentencia.

Otra de las denuncias que presentó una fuerte alza fue la de maltrato sicológico de alumnos. Entre enero y junio de 2012 hubo 319 reclamos de este tipo, mientras que durante este primer semestre, las quejas llegaron a 457, lo que implica un aumento de 43%.

Hernán Herrera, presidente de la Corporación de Colegios Particulares, Conacep, señala que este tipo de abuso "es más grave, porque es el que menos se percibe. El maltrato físico es evidente y tanto los profesores como los propios alumnos tienen la posibilidad de externalizarlos y tomar medidas".

Añade que, "a veces, el maltrato sicológico se da entre un grupo de alumnos respecto de un estudiante y quizás (por eso mismo) es más difícil que haya una denuncia. Allí necesitamos fuertemente el apoyo de los apoderados".

Mientras, el superintendente Casanueva sostiene que "nunca hay que desestimar ningún tipo de violencia o discriminación, pues cada persona procesa de manera distinta la información que recibe".

De manera general, el maltrato a estudiantes, ya sea entre alumnos o bien de adultos a escolares, también registró un alza importante.

Durante el primer semestre de 2012, se contabilizaron 1.724 denuncias bajo esta materia, mientras que, hasta junio de este año, hubo 2.210 acusaciones.

"Vemos un aumento del 28% en el número de denuncias. Todos los casos de bullying son lamentables, porque hay un estudiante, una familia detrás que sufre", indica la ministra de Educación, Carolina Schmidt.

La titular de la cartera agrega que "vemos como una buena señal que los estudiantes, que los colegios y que los papás y las mamás se estén atreviendo a denunciar, cada vez más. Estos temas no pueden taparse, debemos afrontarlos como sociedad y buscar las soluciones".

En total, el primer semestre, la superintendencia recibió 6.122 denuncias, de las cuales, 2.210, es decir el 36%, correspondieron a maltrato estudiantil.

La mayoría de los reclamos fueron hechos por apoderados (casi el 70%) y en su mayoría, mujeres (73% ).

QUE HACER

Para Carlos Veas, secretario ejecutivo de la Federación de Instituciones Particulares (Fide), "el bullying tiene una relación directa con el carácter de los colegios. Aquellos colegios bien estructurados, con un proyecto educativo que funciona y un cuerpo de profesores empoderados y con autoridad, tienen menos posibilidades de que el bullying funcione y es más fácil de controlar".

Según Casanueva, en caso de que un apoderado detecte una situación de maltrato con su hijo, éste debe dirigirse al establecimiento, para solucionar el caso.

Asegura que en los colegios, "los apoderados han estado exigiendo que este tipo de temas se conversen". Recalca que en todos los colegios debe haber un encargado de convivencia escolar para resolver este tipo de situaciones.

Schmidt enfatiza que "co-mo país hemos avanzado y hoy tenemos leyes que protegen a los niños del bullying. Los colegios tienen la obligación de tener un manual claro, que establezca las medidas que deben tomarse", tanto para el niño agredido como para el niño agresor, pues "ambos necesitan ayuda".

Las otras materias más denunciadas ante la superintendencia fueron la cancelación de matrícula, discriminación y disconformidad con medidas disciplinarias aplicadas.