La cumbre que comenzará hoy en la ciudad suiza de Montreux y que seguirá en Ginebra es vista como un gran esfuerzo diplomático tendiente a sentar las bases para una salida política a la guerra civil siria que, en casi tres años, ha dejado unos 130.000 muertos.
Aunque es sindicado por Occidente como el gran responsable de la situación calamitosa en la que se encuentra el país, hasta la noche del domingo el régimen liderado por el Presidente Bashar Assad tenía mejores cartas que la oposición con las cuales presentarse ante los representantes de la comunidad internacional que se reunirá en Suiza. Por un lado, Irán -su gran aliado regional- había sido invitado a sumarse al esfuerzo mancomunado por la paz pese a la oposición de las grandes potencias; por el otro, Damasco seguía cumpliendo con los pasos acordados para la destrucción de su arsenal químico.
Pero 48 horas después el panorama para los delegados de Assad cambió. El lunes Naciones Unidas le retiró la invitación a Teherán debido a las presiones lideradas por EE.UU. y la amenaza de la oposición de no asistir a la cita; y luego fue divulgado un informe en el cual se acusa al régimen sirio de torturar y asesinar a detenidos a "nivel industrial".
Aunque la ONU y ONG de derechos humanos han acusado en reiteradas ocasiones a Damasco -y también a la oposición- de cometer crímenes de lesa humanidad, este documento es el más completo presentado hasta el momento.
En el informe, de 31 páginas, encargado por Qatar (país que está enfrentado a Assad) a tres renombrados ex fiscales internacionales, muestra a través de 50.000 imágenes entregadas por un fotógrafo oficial desertor la tortura y ejecución de unas 11.000 personas entre marzo de 2011 y agosto de 2013: muchos cadáveres muestran signos de inanición forzada, golpes, estrangulamiento, mutilación y señales de martirio con electricidad, según concluye el reporte.
Por si fuera poco, ayer el avión en que se trasladaban rumbo a Europa los representantes del gobierno sirio estuvo detenido cinco horas en Atenas. De acuerdo con la agencia Dpa, dos empresas privadas se habrían negado a entregarle combustible, algo de lo cual debieron encargarse las autoridades griegas. Según dijo a la agencia France Presse una fuente siria en Suiza, el retraso afectó "las citas que debía tener la delegación en Montreux antes del inicio de la conferencia".
Con este panorama, el régimen de Assad se presenta en la cumbre (que mañana y el viernes seguirá en Ginebra) más complicado de lo que quizás esperaba.
Sin embargo, la oposición no llega en mejores condiciones a la conferencia. La Coalición Nacional Siria (CNS, que es apoyada por Occidente) aceptó el sábado acudir a Suiza con opiniones divididas (75 de sus 120 miembros votaron, 58 de los cuales dieron el sí), y ayer el Consejo Nacional Sirio (uno de los grupos opositores más importantes) no sólo anunció que sus delegados no integrarán la misión de la CNS, sino que, además, deja definitivamente la coalición.