La dermatóloga de la Clínica de la Universidad Católica San Carlos de Apoquindo, Claudia de la Cruz, recordó que el cuidado de la piel debe ser continuo los 365 días del año, aludiendo cierto desconocimiento de cómo inciden los cambios bruscos de temperaturas, el gélido viento o la calefacción en nuestro rostro, labios o manos.

La piel es un órgano que cumple muchas funciones como proteger los órganos internos, evitar que penetren microorganismos o cuida de la radiación ultravioleta. En invierno, la piel se vuelve más seca fundamentalmente por la disminución de la humedad del ambiente, contribuyendo a esto también las duchas con agua muy caliente o las estufas o calefacción en general.

La doctora sostuvo que es fundamental limpiar la piel del rostro dos veces al día, y luego aplicar un hidratante que devuelva la humedad perdida, también dos veces al día. "Los productos antiarrugas se deben mantener,  pero siempre deben ser aplicados sobre una piel bien hidratada ya que de lo contrario pueden irritar", precisó.

"Es usual que en estos pacientes se produzcan lesiones o eczema en áreas como la cara anterior de las piernas o en las caderas. Para estos casos es recomendable usar detergentes para pieles sensibles al lavar la ropa evitando los suavizantes, y el uso de jabones sin perfume ni colorantes para el aseo diario de la piel", indica.

De la Cruz concluyó que el diagnóstico correcto del tipo de piel es fundamental para la prescripción de productos que permitan una adecuada hidratación del paciente y ante cualquier duda consultar con un experto en la materia.

En octubre de 2007 había sido hospitalizado para ser operado de un problema en la garganta.