Como "un punto de inflexión" en las expectativas del mercado, "para que todos juntos trabajemos por  la necesaria reactivación de nuestra economía", calificó  la semana pasada el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, la aprobación del proyecto de reforma tributaria en el Senado.

Un mensaje y un llamado contra la creciente incertidumbre que se tomó la agenda económica desde que se publicó el Imacec de junio de solo 0,8%, muy inferior a las proyecciones de los analistas. Tras ello, los expertos volvieron a  corregir a la baja sus pronósticos para el crecimiento 2014, acercándolo al 2,5%, desestimando el 3,2% previsto  por Hacienda.

Impacto

A mediados de julio, el discurso de Arenas tuvo su propio punto de inflexión, al admitir que "dentro de los ruidos que han afectado las expectativas también está el debate de la reforma tributaria".

Así, se matizaba lo que había sido hasta ese momento el mensaje del Ejecutivo y que apuntaba a que la desaceleración de la inversión y el crecimiento había sido heredada por la anterior administración. "Nuestro gobierno recibe como herencia una economía desacelerada", decía Arenas antes de asumir, a inicios de marzo.

Y luego, a fines de ese mes y previo al envío de la reforma tributaria al Congreso, el secretario de Estado aseguraba que "un alza en la carga tributaria para las grandes empresas no tiene ninguna variación, no genera ningún efecto o impacto en la cuantía en que las grandes empresas realizan sus inversiones ni de su actividad ni de la capacidad de generar empleos".

La Presidenta Michelle Bachelet agregaba el 31 de marzo, al concretar el envío de la iniciativa legal que "esta reforma no va a frenar el crecimiento económico, por el contrario, sólo puede haber un crecimiento fuerte y sostenido en una sociedad equitativa, que fortalece su capital humano y que crea instituciones públicas de cali- dad".

A comienzos de mayo, Alberto Arenas respondía con fuerza a su antecesor, Felipe Larraín, que afirmaba que la reforma tributaria restaría entre 1 y 2 puntos de crecimiento al PIB. "(El ex ministro) debe estar sacando aquellas cuentas con la misma calculadora que utilizó para estimar el crecimiento de 2014", dijo Arenas, en relación al 4,9% previsto en el presupuesto de este año, legado por la anterior administración.

Cooperación privada

Pero lo cierto es que las expectativas de crecimiento de los analistas para este año han caído dos puntos en los últimos 12 meses, desde 4,5% a 2,5%, según la última encuesta de expectativas del Banco Central.

Ayer, el ministro llamó a una alianza público-privada para impulsar el crecimiento y admitió que "la desaceleración ha sido algo más profunda y prolongada" de lo previsto. Añadió que "¿cómo no reconocer que justamente en las materias de inversión llevamos cuatro trimestres con inversión a la baja? Con claridad hay que decirlo, vivimos un momento de desaceleración de nuestra economía. No me voy a parar en esta tribuna a decir si esto era heredado o no, ese no es el debate que necesita Chile hoy", añadió.

En este contexto, durante la jornada, el ministro de Hacienda recibió al comité ejecutivo de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y participó más tarde del consejo general de la Sofofa.

Catalogando la cita con la CPC como "muy franca", Arenas dijo que "los que están preocupados del bienestar de chilenos y chilenas estarán del lado de cuidar las expectativas".

El presidente del empresariado, Andrés Santa Cruz, coincidió con la "franqueza" de la reunión y advirtió que  si bien "nos parece positivo una alianza público privada,  eso no es suficiente; le hemos manifestado que aquí hay incertidumbres que despejar, hay que recuperar las confianzas".

Posteriormente, el presidente de la Sofofa, Hermann von Mühlenbrock, afirmó que "creo que tenemos todos claro que el 2014 está jugado (...) hay que hacerse el ánimo de que van a venir meses quizás más malos que los que hemos pasado".

Hasta Teatinos 120 llegó también ayer el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, que adelantó un nuevo recorte en la proyección de crecimiento para Chile este año, actualmente en 3,2%.

Nuestro pronóstico (para Chile) era de alrededor 3,2%, pero claramente la evolución de la economía y los datos que hemos visto apuntan a un crecimiento más bajo que éste (...). Claramente, vendrá una revisión a la baja", sostuvo Werner tras reunirse con el ministro Alberto Arenas.