Dos cuerpos sin vida fueron encontrados hoy en los escombros del dificio que se derrumbó el lunes en Santa Cruz, Bolivia, lo que elevó a diez las víctimas fatales.

El jefe de los rescatitas descartó definitivamente la posibilidad de ubicar más sobrevivientes y según indicaron restaría por rescatar unos ocho cuerpos más. El día del desplome ocho personas lograron salvar con vida.

"Transcurridas más de cien horas de tareas de búsqueda y habiéndose agotado todas las acciones, y luego de últimas evaluaciones que señalan que no existirían posibilidades de encontrar sobrevivientes, los comandantes de los grupos de respuesta han decidido pasar a una segunda fase destinada a la recuperación de víctimas", dijo el jefe los rescatistas, Guillermo Saucedo.

Ayer se unieron a la búsqueda rescatistas bolivianos, 85 expertos de México, Chile, Perú y Argentina.

El edificio Málaga situado en el centro de Santa Cruz, calapsó al parecer por fallas en su construcción cuando estaba a punto de ser concluido. Tenía nueve pisos. El presidente Evo Morales se reunió ayer con familiares de las víctimas a las que expresó su pesar y prometio ayuda.

El caso mantuvo expectante al país y destapó un debate hasta ahora desconocido, sobre la "burbuja inmobiliaria" en la ciudad a unos 410 kilómetros al este de La Paz y la más próspera del país.

Medios de prensa informaron que las vigas del edificio Málaga comenzaron a rajarse 10 horas antes del desplome y en un trabajo "suicida" los responsables de la obra contrataron obreros, no se sabe la cantidad exacta, para apuntalar los pilares.

Morales anunció que se hará una investigación exhaustiva. Entre los fallecidos están ingenieros responsables de la construcción.