Descifran mecanismo de propagación del cáncer en el cerebro

<p>Hallazgo permitiría la creación de nuevos fármacos y tratamientos.</p>




El cerebro posee un complejo mecanismo de protección que lo mantiene alejado de tóxicos que impliquen daños severos. La llamada barrera hematoencefálica, ubicada entre los vasos sanguíneos y el encéfalo, actúa eficazmente impidiendo el paso de sustancias dañinas, y dejando el paso libre a proteínas y vitaminas. Sin embargo, esa vital protección es un impedimento para el tratamiento del cáncer que se propaga al cerebro.

Los medicamentos no logran atravesar esa fortaleza y hacen que su propagación en poco tiempo sea mortal. Un nuevo estudio de la U. de Oxford, Inglaterra, descifró por primera vez cómo se propaga esta enfermedad a nivel cerebral, hallazgo que permitirá desarrollar tratamientos y medicamentos más eficientes.

La investigación, publicada en la revista científica PLos One, identificó dos elementos clave: el aprovechamiento de los vasos sanguíneos que hacen las células cancerígenas para propagarse y el rol que en este proceso cumple la proteína integrina, que permite a las células del cáncer adherirse a las redes sanguíneas.

ATACAR LA METÁSTASIS
La metástasis es el proceso mediante el cual un cáncer alojado en los pulmones, u otras áreas, llega al cerebro. Una vez que el cáncer es detectado en el cerebro, su pronóstico suele ser terminal. El promedio de vida es de un máximo de nueve meses con tratamiento y sobre el 20% de los pacientes con cáncer desarrollan metástasis en el sistema nervioso central.

Por su agresiva acción, es esencial conocer cómo ocurre ese proceso, indica W. Shaw Carbonell, investigador del Instituto de Oncología y Biología de la U. de Oxford. "Esperamos que esto nos permita nuevas y mejores maneras de tratar el cáncer", reconoce.

Ruth Muschel, líder del estudio, explica que su equipo descubrió que la metástasis de las células comienza a crecer en las paredes de los vasos sanguíneos del cerebro en cerca del 95% de los casos, y no en las células nerviosas, como se pensaba hasta ahora. Las redes vasculares en el cerebro son las que entregan los nutrientes y oxígeno que necesitan las células cancerígenas para expandirse. Los expertos descubrieron, además, una proteína llamada integrina,  que se halla en la superficie de las células cancerígenas y facilita su adhesión a los vasos sanguíneos.

Mariana Sinning, neuroncóloga del Hospital Clínico de la U. de Chile, indica que pese a que otros estudios demostraban que la integrina se relacionaba, no se conocía su rol clave en la adhesión inicial del cáncer. 

"La célula tumoral sale al torrente sanguíneo y llega a través de la sangre al cerebro, donde atraviesa la primera pared, y se fija a los vasos sanguíneos, donde se alimenta de la misma sangre, un proceso que depende de esa proteína", dice Sinning.

Bloquear la acción de la integrina implicaría detener la metástasis, lo que además daría paso a nuevos medicamentos que anulen su acción, sostiene la experta.

Jorge Gallardo, oncólogo de la Clínica Alemana, indica que "no se sabía cómo las células de tumores podían ubicarse en el cerebro. En los otros órganos sucede que la célula se fija primero al vaso sanguíneo y se traspasa luego a las células de un órgano (mama, pulmón) y provoca la metástasis". Lo que descubrieron estos científicos es que las células cancerígenas se fijan al endotelio de pequeños vasos y a la llamada membrana basal, y no a las neuronas, como se creía, aclara Gallardo.

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