Medidas que afectarán a los hogares y a los vehículos de transporte, incluidas en tres grandes ejes, son las que el gobierno priorizará como parte del plan de descontaminación para material particulado fino (MP2,5), que se está elaborando para la Región Metropolitana.
Se trata de algunas de las propuestas del Centro Mario Molina Chile, con miras a reducir en un 50% las emisiones del contaminante en cinco años, a partir de 2016.
"El proyecto tiene tres pilares prioritarios. La restricción de la leña como combustible domiciliario, regular las emisiones de los vehículos diésel, comerciales y de carga y todo lo que tiene que ver con precursores del material particulado fino (otros contaminantes como óxidos de nitrógeno y dióxido de carbono)", dice el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier.
Una de las medidas de innovación para contener el contaminante se aplicaría al transporte público donde, afirma el jefe de Calidad del Aire, Sebastián Tolvett, se está evaluando incluir buses eléctricos entre las máquinas del Transantiago. "La idea es poner en los contratos una flota mínima. (...) Sería muy interesante tener unos cien buses, como un piloto".
En tanto, entre las iniciativas priorizadas están la supresión de la leña en uso doméstico. "La prohibición de la leña es fundamental, pero también lo es entregar subsidios para el recambio de transporte de carga. Por lo menos al 20% de los camiones más antiguos, ya sea a través de la chatarrización o la aplicación de un filtro para las emisiones", agregó Tolvett.
Este subsidio sería similar al del programa de la Agencia de Eficiencia Energética, "Cambia tu Camión", que llega a $ 6 millones.
También se dará prioridad al cambio de furgones escolares con motores diésel más antiguos. "Si tienen tecnología Euro III o más el subsidio podría ser para incluir un filtro de partículas que vale cerca del millón de pesos. Habría un aporte de un 60 o 70%", agrega Tolvett.
Asimismo, se comenzaría a trabajar con las 100 empresas más contaminantes "en un plan para reducir sus emisiones y que comenzarían a aplicar una vez entre el plan de descontaminación. La implementación podría durar dos o tres años", añade Tolvett.
Debate sobre la leña
Si bien la mayoría de los expertos coincide en que estas medidas son adecuadas, hay dudas. "Va a ser difícil conseguir la meta de reducir emisiones a la mitad", dice Ernesto Gramsch, experto en contaminación de la Usach. Agrega que "deberían considerarse también filtros para estufas, porque es difícil hacer que la gente deje de usar leña".
Así, también, el experto de la U. Católica, Héctor Jorquera, cuestiona: "lo difícil va a ser fiscalizar y ahí va a haber que diseñar una estrategia para que se cumpla".
Por otra parte, Trinidad Lecaros, economista del Instituto Libertad que ha estudiado el tema cree que la solución debería ser "regular el mercado de la leña. Así podrías establecer niveles de humedad, controlar lo que se vende y así disminuir las emisiones", propone.