Los acontecimientos ocurridos en Valparaíso este fin de semana nos recuerdan que en otras regiones del mundo también se está pensando en cómo enfrentar estas situaciones de crisis, aunque con ayuda de la tecnología. Porque además de los sistemas de vigilancia espacial de la Nasa o el uso de helicópteros y aviones para lanzar agua desde altura, en la actualidad varias empresas están enfocadas en mejorar las condiciones de los bomberos y el porcentaje de éxito en el rescate de víctimas. Evidentemente Chile aún está lejos de implementar estas herramientas, pero bien vale la pena conocer lo que se espera en unos años más.

Máscaras biónicas

En 2012 la empresa Tanagram Partners presentó la nueva generación de cascos para bomberos: un sistema que utiliza la realidad aumentada para mostrar al usuario la temperatura, consumo de aire, tiempo de oxígeno restante, signos vitales, batería de la radio, rutas de escape y la ubicación de los otros miembros del equipo, en una estructura que tensdrá un costo inicial de 5 mil dólares la unidad (cerca de 2,7 millones de pesos) pero que bien vale la pena para salvar vidas. Por ahora la tecnología está en espera de los permisos y pruebas necesarias.

Hologramas infrarrojos digitales

El pasado 27 de febrero el Consiglio Nazionale delle Ricerche (CNR) del Instituto Nacional de la Óptica en Italia presentó un sistema de láseres infrarrojos y hologramas con la capacidad de penetrar sin problemas el fuego y humo, reflejando objetos y personas para crear modelos en 3D de una habitación en llamas. De acuerdo a los expertos, se espera mejorar el aparato con un medidor de actividad cardíaca y respiración de la víctima y podría ser lanzado a fines de este año.

Drones

Hace 50 años, un incendio forestal podría ser fotografiado y las borrosas imágenes eran enviadas a los bomberos en tierra dentro de un tubo. Hoy, la tecnología usada en los drones también puede ayudar en estas situaciones. En el National Oceanic and Atmospheric Administration (Noaa) de Estados Unidos ya están utilizando 60 de ellos para visualizar áreas de difícil acceso a los bomberos. La idea es que sobrevuelen el lugar a baja altura para analizar las condiciones del viento, observar los sitios de más congestión o los potenciales lugares de riesgo, entregando la información en tiempo real a tierra, donde se podrá ver la situación a través de una cámara térmica en una aplicación diseñada para una tableta. La solución es más económica que las imágenes satelitales, donde a lo mucho se pueden sacar dos o tres fotografías diarias y los datos no pueden ser enviados a los especialistas en zonas rurales sin internet. Cada dron tiene una autonomía de ocho horas y tiene un costo de 2 mil dólares.

Google Glass

Hace dos meses, Google publicó en su blog la historia de Patrick Jackson, un bombero y desarrollador de software de Carolina del Norte que se inscribió en un programa de la compañía buscando ideas para sus lentes de realidad aumentada Google Glass. Esto dio como resultado dos aplicaciones: Una envía las llamadas de emergencia al dispositivo, mostrando la dirección donde debe acudir, la situación del incendio e indicaciones sobre la cercanía de algún grifo; y la otra muestra un plano esquemático de un edificio en llamas, facilitando la labor a los bomberos incluso antes que lleguen al lugar. El sistema ya está en las pruebas y simulacros correspondientes.

Antonov An-32P Firekiller

Durante los últimos días hemos visto fotografías del Antonov An-32P, un avión multiuso de transporte táctico perteneciente al ejército de Ucrania, fabricado originalmente en 1976 y popularizado ampliamente en las redes sociales. Entre sus características, cuenta con excelente rendimiento en ambientes tropicales, climas calurosos, de gran altitud, puede ser modificado dependiendo de las necesidades de su uso (existen 10 versiones), alcanza los 540 Km/h y es capaz de soportar hasta 27 toneladas de peso. El modelo Firekiller incluye dos tanques externos con los que es capaz de soltar 8 toneladas de agua a una altura de 40 metros desde el suelo y a una velocidad de 240 Km/h. En el mundo hay un total de 240 aviones operativos y su costo alcanzaba en el año 2000 entre 6 y 9 millones de dólares.