En 28 meses, Manuel Pellegrini salvó al Málaga del descenso para llevarlo hoy a disputar los cuartos de final Liga de Campeones de Europa, donde se cruzará el miércoles ante el campeón alemán, Borussia Dortmund. El "Ingeniero", al igual que a su llegada a Villarreal, tomó un cuadro sin historial futbolístico, pero con la ambición de dejar de marcar el paso.
Lo anterior debía sustentarse en una fuerte inversión, la que en la Costa del Sol lidera el jeque Abudallah Bin Nasser, quien no reparó en gastos para echar a andar el proyecto. Los millones estaban, ahora sólo faltaba que Pellegrini plasmara una idea de juego. Pese al apremio de perder la categoría cuando tomó el equipo en noviembre de 2010, el equipo sumó cinco victorias consecutivas para permanecer en la división de honor. Con el logro llegaron las figuras, entre ellas Jeremy Toulalan, Joaquín Sánchez, Ignacio Monreal y el seleccionado español Santi Cazorla, el fichaje más caro en la historia de Málaga, quien llegó a cambio de 20 millones de euros.
Los nombres dieron vida a un equipo compacto, capaz de ponerse detrás de Real Madrid y Barcelona en la Liga. El cuarto lugar de la temporada 2011-2012 permitió al Málaga disputar la fase previa de la Champions ante el Panathinaikos de Grecia, llave que sortearían con éxito para instalarse por primera vez en la etapa de grupos del torneo más relevante del Viejo Continente.
El logro, sin embargo, estaría acompañado por la incertidumbre de graves problemas financieros, los que obligaron a transferir a varios futbolistas, entre ellos, Cazorla y el venezolano Salomón Rondón. El apriete económico puso en duda el futuro de Pellegrini, quien pese a todo optó por no abandonar el barco en la antesala de jugar la Champions frente al Milan, Zenit de Rusia y Anderlecht de Bélgica.
"El momento más complicado fue, quizás, cuando el proyecto se había destruido. Las palabras que me motivaron fueron las de los jugadores y la ilusión que sentíamos y que nos transmitía La Rosaleda", afirmó el estratega, luego de ganar de manera invicta su grupo en la Champions. En los momentos difíciles, el DT acrecentó su ascendencia en el vestuario. "Fue muy valorable su actitud de plantarse frente a los dirigentes para defender nuestros derechos. Ahí demostró ser un líder", subraya el arquero argentino Wilfredo Caballero sobre la lucha que dio Pellegrini para que se cancelarán los sueldos atrasados del plantel.
El enigmático mundo del DT
Cercanos destacan que el chileno encontró una tranquilidad única en Marbella, exclusiva localidad ubicada a 50 kilómetros del centro de Málaga, en donde reside la alta sociedad de la ciudad. Ahí, Pellegrini gesta en soledad su proyecto futbolístico, el que comienza temprano en el estadio de atletismo. Ahí, en un estilo que cultivó en su paso por Real Madrid, Pellegrini realiza prácticas privadas. La prensa sólo dispone de 15 minutos un par de días a la semana para tomar imágenes, mientras que nadie puede presenciar el único entrenamiento que se realiza en La Rosaleda, en donde el chileno cuenta con una oficina.
Su Mercedes gris siempre es el último en abandonar el entrenamiento, ya que jamás se lleva trabajo a casa. Sus apariciones públicas son escasas, salvo la recordada visita que, hizo junto con su ayudante, Rubén Cousillas, a la Iglesia La Esperanza y sus apariciones en el restaurante La Dorada, ubicado a un costado de La Rosaleda.
Su introvertida vida contrasta con la imagen que irradia hacia sus jugadores. Su voz es ley en un vestuario que no se cansa de resaltar la capacidad humana y profesional de un entrenador que sabe perfectamente cómo y cuándo rayar la cancha.
"Es muy estudioso, preparado dentro y fuera del campo. El paso que tuvo en el Real Madrid le sirvió mucho. Acá, con muy poco, ha hecho mucho, supo armar un equipo con una base de 14 jugadores. Es un entrenador que maneja bien el grupo y marca muy bien las diferencias con el plantel", afirma el brasileño Julio Baptista, uno de las voces más influyentes en el camarín malacitano, el que habitan dos compatriotas de Pellegrini; Manuel Iturra y Pedro Morales.
El primero llegó en agosto, mientras el penquista suma un par de meses en el club, tiempo suficiente para resaltar la labor del "Ingeniero".
"Tiene una mezcla entre los técnicos sudamericanos y europeos. Se te acerca, orienta y aconseja mucho, pero también marca distancias. Sabe manejar todo tipo de situaciones", señala Iturra, mientras Morales agrega que la preocupación por el jugador va más allá de la cancha. "Me ayudó a encontrar departamento y me da recomendaciones", advierte el ex Huachipato.
"Ojalá no se vaya nunca de Málaga. Es la cara del club", dice un trabajador del estadio ante la posibilidad de que Pellegrini abandone la Costa del Sol en junio, sobre todo si se ratifica el castigo de la UEFA, de excluir al club de las competencias europeas por insuficiencia financiera, sanción que podría truncar el proyecto de Pellegrini y llevar al chileno por primera vez a la Liga Premier inglesa, donde varios se pelean por sus servicios.