Científicos de la Nasa descubrieron glicina, elemento fundamental para la formación de vida, en muestras del cometa Wild 2 traídos a Tierra por la sonda Stardust en 2006, reveló hoy el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL).

"La glicina es un aminoácido que usan los organismos vivientes para producir proteínas y esta es la primera vez que se le encuentra en un cometa", señaló Jamie Elsila, del Centro de Vuelos Espaciales de la agencia espacial estadounidense.

"Nuestro descubrimiento apoya la teoría de que algunos ingredientes de la vida surgieron en el espacio y llegaron a la Tierra a través del impacto de meteoritos y cometas", añadió un comunicado de JPL.

Carl Pilcher, director del Instituto de Astrobiología de la Nasa, coincidió con esa idea y señaló que el descubrimiento también respalda la hipótesis de que los bloques básicos de la vida abundan en el espacio y de que la vida en el universo es más común de lo que se cree.

Los resultados de la investigación de los científicos fueron presentados durante una reunión realizada por la Sociedad Química de EEUU en Washington el pasado fin de semana y serán publicados próximamente por la revista Meteorites and Planetary Science, dijo JPL.

La sonda Stardust pasó a través de una densa nube y gases que rodeaban al núcleo de hielo de Wild 2 en enero de 2004.

Stardust contenía una malla con una sustancia que capturaba ese polvo y gases, la cual se desprendió de la sonda y volvió a la Tierra en enero de 2006.

Desde el principio los análisis revelaron la presencia de glicina en las muestras. Sin embargo, debido a que ese ingrediente existe en la vida terrestre se creyó que la malla estaba contaminada.

"Era posible que la glicina encontrada se hubiera originado durante el manejo o la fabricación de la cápsula", señaló Elsila.

Sin embargo, las nuevas investigaciones, en las que se usó el análisis isotópico, descartaron esa posibilidad, agregó.

"El descubrimiento de aminoácidos en las muestras del cometa es asombrosa y profunda", manifestó Donald Brownlee, profesor de la Universidad de Seattle (Washington) e investigador principal del proyecto.

"También es un triunfo notable que subraya la avanzada capacidad de los estudios de laboratorio (que se hacen) de los materiales extraterrestres primitivos", añadió.