Descubren que adictos a la cocaína sufren problemas al corazón sin síntomas

Según la investigación, uno de cada cinco cocainómanos padecería de miocarditis.




El abuso de la cocaína puede causar daños en el corazón, como miocarditis -que puede derivar en un infarto mortal-, sin que el usuario se percate, ya que a menudo no se presentan síntomas, indica un estudio difundido hoy por la publicación médica "British Medical Journal (BMJ)".

Según los autores de la investigación, recogida en la revista "Heart", las autopsias revelan que la miocarditis -inflamación del miocardio, músculo del corazón- está presente en uno de cada cinco adictos a la cocaína, y se cree que un cuarto de los infartos no mortales en las personas menores de 45 años están asociados al consumo de cocaína.

La miocarditis, apuntan los expertos, suele presentarse con dolores en el pecho y un paro cardíaco, y puede derivar en infartos mortales o no mortales, pero no se da el bloqueo o estrechamiento de las arterias que caracterizan al infarto isquémico.

Los investigadores quisieron averiguar si había pruebas tangibles de daños al corazón entre los consumidores a largo plazo de cocaína que no tenían historial de dolencias coronarias ni síntomas de problemas en el corazón. 

Hicieron un seguimiento de la salud coronaria de 30 cocainómanos que llevaban años consumiendo y que habían ingresado en un centro de rehabilitación, a las 48 horas de su última toma.

En el grupo había 25 hombres y cinco mujeres con una edad media de 37 años, y uno de cada cinco estaba infectado con hepatitis C o virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), se indica en el estudio.

La mitad de los adictos lo eran también a otras sustancias, como opiáceos y alcohol. Habían consumido durante una media de 12 años aproximadamente 5,5 gramos de coca diarios, según admitieron.

La mayoría esnifaban la droga, pero diez se inyectaban y dos la fumaban.

Los autores hicieron una serie de test para detectar cualquier anormalidad en la función del corazón, como niveles de elementos químicos en el organismo, pruebas físicas y resonancias magnéticas.

Aunque la función del corazón era normal en todos los casos, en 12 se hallaron anormalidades localizadas y los escáneres revelaron una alta prevalencia (un 83 por ciento) de daños estructurales.

Casi la mitad de las personas examinadas presentaban inflamación (edema) del ventrículo inferior izquierdo, y esto se asoció a un mayor consumo de cocaína.

Las resonancias magnéticas también revelaron daños en el tejido (fibrosis) en casi tres de cada cuatro adictos (un 73 por ciento), posiblemente, apuntan los expertos, como resultado de un infarto silencioso.

Los investigadores recuerdan que el edema es signo de un daño reciente y es reversible, pero la fibrosis no lo es.

Los autores constatan que las infecciones víricas y el abuso de múltiples drogas podría haber contribuido al tipo de daño visto en los cocainómanos, pero, advierten, eso no explicaría todos los casos.

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