Durante años los científicos estimaron que el reloj biológico regulaba la actividad del organismo. Pero una investigación publicada en la revista Cell indica que también se produce el efecto inverso: varios de estos mecanismos influyen en el ciclo circadiano, encargado de controlar las fases de vigilia y descanso.
Investigadores de la Universidad de Pennsylvania, en Estados Unidos, descubrieron que la reducción en la expresión de algunos genes, especialmente los relacionados con el metabolismo de la insulina y el ácido fólico, pueden alterar el ciclo y desordenar los estados de somnolencia e insomnio.
El hallazgo abre la puerta para nuevas terapias contra estos trastornos, basados en la regulación de la expresión de estos genes, para influir en la normalización de las fases de sueño de los pacientes.