Rafael Garay habló por primera vez desde que dejó Chile el pasado 4 de septiembre. En una peculiar escena en la puerta de su departamento en Brasov, Rumania, donde cumple arresto domiciliario, el ingeniero comercial no sólo defendió su inocencia alternando el inglés con el castellano, sino que realizó variados e insólitos ataques. Desde el Gobierno a la farándula.

De entrada, aseguró tener una "lista de mentiras" que han publicado los medios electrónicos. "Tengo todos los links con nombre y apellido", desafió. No se detendría.

Porque sus descargos incluso llegaron a La Moneda. "El ministro subrogante de Interior de Chile (Mahmud Aleuy) dijo que era un delincuente, sin investigación (previa). (...) El único que puede decir eso es el Poder Judicial. Cuando una alta autoridad, que tiene el control de la policía... se viola la presunción de inocencia y no lo hace cualquiera".

Se supone que a un amigo se le guardan los secretos. Y a juzgar por las declaraciones de Garay, la amistad con el conductor de noticias Iván Núñez es apenas historia: "Iván pasó una línea que no es aceptable. (…) Yo le podría responder cosas que lo mandarían sentado ahora, de cosas que él hizo inapropiadas, siendo un hombre casado con cuatro niños, pero fíjate que no entraré en materia porque al final del día quedamos en la pelota chica".

La actriz y animadora de TV, Javiera Contador también salió al baile: "Incluso a mi ex alumna Javiera Contador contando en TVN que nunca he entrado a un programa de doctorado. Vayan y pidan mi registro de notas. Háganlo público, por favor".

Siguiendo en la farándula, relató un episodio. Esta es su versión: "llevaron médicos a explicar lo sicópata que yo era a medios de comunicación. Llegué a vomitar con las declaraciones de la doctora (María Luisa) Cordero. Que yo le había pegado a mi supuesta pareja en Rumania porque estaba en abstinencia de consumir cocaína. Nunca he consumido cocaína".

En este sentido, agregó: "Hay dos programas que siempre respeté y vi, y que eran el Corán: Informe Especial y Contacto. Cuando vi la cantidad de mentiras dije 'guau'... a cuanta gente critiqué por información de estos programas que era falsa. Traducciones mal hechas y cuestiones intencionadamente mal hechas".

Sin embargo, y pese a los malos juicios contra los medios nacionales, pidió que "tratemos de ayudarlos lo mejor posible" a la prensa de Rumania "que trata de construir esta historia que está pasando".

Los momentos más incómodos

En todo caso, aquellos no fueron los momentos más incómodos que tuvo que hacer frente ante la prensa en la entrada de su domicilio. Insistentemente, los medios le preguntaron por su supuesto cáncer, una mentira que dejó de sostenerse. Eso sí, la respuesta tampoco fue contundente.

"Está bien, escucha, pero la declaración es que no (...) se va a hacer público, la orden de investigar está presente. Y está establecida por el momento, pero no pueden presumir por lo que creen (...) ¿dónde está la presunción de inocencia?", dijo.

Además, se le consultó por qué no se entregó a las autoridades pese a la existencia de una alerta roja. Esta es su peculiar explicación: "La alerta roja real -no la que buscas en el sitio- es privada. La que se hace pública es distinta. No era pública, era secreta de la policía. La primera vez que la vi fue en el cuartel. Me mostraron el detalle. Es que no es que la vi en el diario".