El deterioro del mercado laboral durante 2009 parece no distinguir diplomas o rangos académicos. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en mayo el desempleo entre técnicos de nivel superior y profesionales -personas con 15 o más años de estudio-, llegó a 8,5%, el nivel más alto desde que existen estadísticas comparables (julio de 2006). A nivel nacional, la tasa de desocupación alcanza un 10,2%.
Si bien históricamente el desempleo es mayor en la población sin estudios superiores, donde la tasa de desocupación del quinto mes del año llega al 12% con 417 mil personas sin trabajo, el total de desempleados "ilustrados" alcanzó un máximo inédito de 120 mil individuos, 31 mil más que en igual lapso del año pasado. En tanto, en el grupo que posee sólo educación básica se registran 141 mil personas sin empleo.
CICLO ECONOMICO
Rodrigo Castro, académico de la Universidad del Desarrollo (UDD), comenta que "la situación laboral que están experimentando los profesionales responde al ciclo económico de crisis que permea todos los ámbitos productivos".
Agrega que "ello afecta especialmente a los más jóvenes que naturalmente tienen menos años de experiencia por lo que su desvinculación implica un menor costo en indemnizaciones para el empleador". En el trimestre móvil marzo-mayo el desempleo de los jóvenes entre 20 y 24 años alcanzó un 21,4%.
Aunque durante la crisis asiática el desempleo impactó mayormente a los trabajadores con baja calificación -en 1999 el 77% de los cesantes tenía menos de 12 años de escolaridad-, también mermó de manera significativa la empleabilidad del segmento con estudios superiores, ya que entre 1996 y 2002 el número de profesionales cesantes en el país se disparó de 9.500 a 23.750 personas.
LA BUSQUEDA DE TRABAJO
Para aquellos profesionales que buscan trabajo por primera vez, la crisis también ha implicado una extensión de los tiempos de búsqueda de empleo. Según Federico Dürr, gerente general de Laborum.com, durante este año el período que demoran estos individuos en encontrar un trabajo alcanza a un máximo de ocho meses. Mientras que "en condiciones normales no sobrepasa los seis meses", precisa.
Comenta que las dificultades para acceder a una fuente laboral son mayores para los profesionales vinculados a los sectores más golpeados. "Las personas con formación académica y experiencia laboral relacionada con los ámbitos de la construcción, el retail, la industria del salmón y el marketing son las que tienen más dificultades para encontrar un empleo", señala Dürr.
Con todo, Rodrigo Castro afirma que aún en dichas circunstancias los individuos con educación superior están en mejor pie para enfrentar la incertidumbre laboral. "A diferencia de los grupos con menor educación, los profesionales tienen un 'seguro' derivado de su mayor capital humano. Les es más fácil insertarse en el mercado laboral aunque sea en áreas distintas a las de su formación académica", añade el economista.
De acuerdo a los datos de Futuro Laboral del Ministerio de Educación, los profesionales universitarios con mayor probabilidad de tener trabajo al primer año de su titulación son: Enfermería, Fonoaudiología, Geología y Química y Farmacia. Castro explica que en esta coyuntura de crisis los profesionales manejan tres alternativas: aceptar ofertas de trabajo por debajo de las expectativas salariales, esperar a un mejoramiento de las condiciones económicas para postular a nuevas ofertas o retirarse de la fuerza de trabajo para seguir estudiando.
Asimismo, la crisis asiática provocó una fuerte reducción en el ritmo de crecimiento de los salarios reales entre 1997 y 2000. Si en el primer año mostraban un alza de 6,4%, en el segundo el aumento llegó sólo a 1,1%. Sin embargo, en ambos períodos esta dinámica fue superior a la que mostraron los salarios de las personas menos calificadas.
Según cifras de la encuesta Casen 2006, el ingreso promedio de un profesional universitario supera 1 millón 300 mil pesos, el de un profesional técnico llega a los $691 mil, mientras que el de una persona con educación media completa es de $300 mil.