Los cálculos más optimistas hablan del 2015. Otros, más realistas, dicen 2017. Pero en realidad, nadie sabe. Ni siquiera George R.R. Martin tiene claro cuándo publicará la sexta parte de su ya celebra saga fantástico medieval Canción de hielo y fuego. El solo sabe que está escribiendo con calma y sin apuro. Algunos tienen miedo. Fans obsesivos de Martin están empezando a preguntarse lo peor en la web: ¿logrará ese hombre de 65 años escribir las por lo menos dos mil páginas que le faltan para terminar la serie? ¿Tendrá la salud necesaria?
A Martin, por supuesto, la sola formulación de la pregunta le pareció "ofensiva" y la semana pasada aprovechó de mandarles un recado: "Fuck you!", le dijo mostrándoles su dedo medio, en una entrevista al diario suizo Tages Anzeiger. Pero también adelantó algo de The wind of winter (El viento de invierno), el tomo sexto: "Tendremos más muertes, más traiciones y más matrimonios".
Ultimo héroe de la literatura fantástica, Martin también es uno de los ideólogos más rentables de la industria del entretenimiento actual: a las casi 30 millones de copias de libros que se han vendido en el mundo de la Canción de hielo y fuego, hay que sumar el éxito de la serie de HBO que ha inspirado, y coproduce, Juegos de tronos, que toma su título del primer tomo de la serie y fue nominada a 19 premios Emmys. Es un imperio.
"Ha sido surrealista. Uno siempre espera tener éxito, pero esto es otro nivel. Soy una celebridad", le dijo a The York Times un incrédulo Martin. Su caso es el de una explosión: tras años formando parte del elenco estable de la ciencia ficción estadounidense, lanzando sus libros en ferias del género por el país, un día luminoso renunció a la televisión -donde escribió guiones para series como La dimensión desconocida- y cumplió su sueño: escribir una larguísima saga épica más sangrienta y realista que la de su héroe J.R.R. Tolkien. Ya sabemos cuánto logró.
Lejanamente inspirada en la Guerra de las Dos Rosas, en la Inglaterra del siglo XV, Canción de hielo y fuego es una intriga política, más violenta que diplomática, por el poder de los Siete Reinos. Si no estuviera en un medioevo ficticio, donde los inviernos duran 10 años y vuelan dragones, no estaría muy lejos de un drama shakespeareano. Inicialmente, Martin planeó una trilogía, pero en el camino la historia creció hasta convertirse en una serie de siete volúmenes. "Esencialmente estoy escribiendo 10 libros a la vez", reconoció.
En el camino, también, Martin se encontró con los peores fans: los impacientes obsesivos. Tras publicar los tres primeros tomos -Juego de tronos, Choque de Reyes y Tormenta de espadas- en cuatro años, de 1996 a 2000, demoró cinco en publicar el cuarto, Festín de cuervos, y en realidad era sólo la mitad de lo que había anunciado. Tardó otros seis años en lanzar lo que faltaba, Danza de dragones. A esas alturas, sus lectores le mandaban mensajes en su blog del tipo: "Agarra la maldita máquina de escribir y ponte a trabajar".
Ahora, los nervios han regresado a los fanáticos. Los más extremos temen que pueda morir sin llegar al fin. Los más sensatos especulan. Algunos creen que el silencio de Martin en redes sociales -su blog, especialmente- significaría que está trabajado y podría lanzar El viento de invierno a fines de 2015. En el sitio Five Thirty Eight hacen un cálculo: tomando en cuenta los años que ha demorado en cada libro y su extensión, apuestan que el sexto tomo estaría listo recién en 2017.
"Recibo muchas cartas diciéndome que me tome el tiempo que sea necesario. Son libros muy extensos y complicados. El último era un manuscrito de 1.500 páginas", dijo Martin hace poco, justo antes de salir en una gira que lo lleva al Festival de Edimburgo, donde compartirá con, entre otros, Haruki Murakami. Advirtió: "Sé mi método de trabajo, no escribo en hoteles, aviones o trenes. Escribo en mi casa".
Pero algo ha escrito Martin. En octubre lanzará The World of Ice & Fire, una suerte de enciclopedia ilustrada sobre el universo de la saga. Y desde enero del año pasado se pueden leer unas 15 páginas de adelanto de El viento de invierno. Es algo.